l Tropezando con melones - Blog de David Torres: Todo cambia, todo sigue igual

David Torres, escritor, guionista y columnista

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viernes, 28 de marzo de 2008

Todo cambia, todo sigue igual


Decía la zarzuela, ese género tan genuinamente madrileño, que los tiempos cambian que es una barbaridad. Antes te pillaban pintarrajeando una pared con spray y te corrían a leches por la calle. Ahora también, pero primero puede que te lleven a un museo a firmar trozos de cascotes. En mi infancia los graffiti eran casi siempre políticos y se consideraban basura. Ahora, como gran parte de la basura, los graffiti han pasado a la categoría de arte moderno. Que yo sepa, en Madrid no ha salido todavía ningún Bansky, el misterioso grafitero de Bristol cuyas obras alcanzan cifras astronómicas en las subastas y hasta han llegado a decorar el MOMA y la Tate Modern Gallery. Hace poco me emocioné al ver, en la cristalera de un banco, una pintada rematada por una A enmarcada por un círculo (el legendario anagrama anarquista), pero la emoción se me pasó al leer el mensaje, que venía a decir algo así como que éramos esclavos de la tecnología y que mejor regresar a la naturaleza. Como si el pobre imbécil que lo había escrito hubiese recogido el tubo de spray de un madroño.

Todo cambia para que todo siga igual, pero es una pena que siempre nos toque a los de mi generación bailar con la más fea. En mi ya lejana adolescencia, los que no sabíamos bailar teníamos que conformarnos con poner discos y encima tampoco nos dejaban abusar de Pink Floyd o Jethro Tull, que era lo que de verdad nos gustaba. Los tíos guapos se quedaban con las tías buenas mientras los pinchadiscos imitábamos sutilmente a los músicos renacentistas, esos cursis que pellizcaban en solitario la mandolina mientras la peña se dedicaba a la reproducción asistida. Ahora a esos tipos los llaman D. J. s, cobran una pasta por poner música y encima se llevan de calle a las chicas. Algunos hasta dan número, como en la carnicería. La mayoría siguen siendo feos, gordos e incluso calvos, pero el de D. J., como el de grafitero, es un oficio para el que muchos nacimos demasiado pronto. Antes nos llamaban pinchadiscos o pintamonas.



Decía Pedro Reyes que la energía ni se crea ni se destruye, pero siempre me da a mí. Crecimos cuando el sexo ya no estaba de moda, porque ya habían levantado la prohibición y un buen polvo había dejado de ser un acto revolucionario. Las tías no estaban por la labor porque contra Franco se fornicaba mejor. Encima, cuando estrenamos la mayoría de edad, aterrizó de golpe el SIDA, el apaga y vámonos del magreo. Para colmo, tengo algunos amigos dedicados a la enseñanza que, después de soportar durante años las burlas y las palizas de sus alumnos, han tenido que pedir asilo psicológico. De pequeños cobraron en clase, a manos de los profesores, y cuando les llegó el turno, resulta que se habían invertido los papeles. Un grafitero les podrían haber pintado Nacidos para cobrar en el casco de marines.


(publicado originalmente en el suplemento M2 de El Mundo el 25 de marzo de 2008)

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5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Dígame a mí lo de ir a contratiempo que, tras diez años de ahorros y privaciones, me compré las pasadas navidades un vídeo VHS y ahora no encuentro películas.
¿Podría indicarme alguien como se pasan a cinta las descargas del e-mule?

Fdo. Thomas Ayválahostiaquésesoquebrilla Edison.

28 de marzo de 2008, 16:57  
Anonymous Anónimo said...

Antes de alcanzar mi real nombre pasé por múltiples y extraños oficios. Entre ellos fui pinchadiscos (no DJ) allá por el verano del 94 en un pub menorquín que acabó cerrando de asco. No ligué una mierda, y eso que uno estaba entonces de buen ver. Se ve que ya esos años los pinchadiscos no se llevaban. Mañas acababa de publicar aquella cosa titulada "Historias del Kronen" que era lo más hipermoderno y contestatario de entonces. Pero yo reivindicaba el Rock and roll frente a la amenaza de la música máquina, y a Kerouac y los Beats frente a los Kronen. Señor, si hubiera entonces escuchado lo que hoy suena(chikilicuatres incluidos),leído a ciertos "modelnos" de hoy y topado con la nueva generación de adolescentes moviladictos de ahora, me hubiera medido a monje. En fin, ya lo decía Valle Inclán: las cosas no son como las vemos,sino como las recordamos. Y en el recuerdo todo se me antoja mejor (hasta las cintas de video, y no digamos los discos de vinilo)

Ricardo Corazón de Melón

28 de marzo de 2008, 17:55  
Blogger Nostromo said...

No seamos tan pesimistas. La ventaja de vivir entre mendrugos es que cuando encuentras un cruasán sabe mucho mejor.

Y si no, levad anclas.

Os remito al insuperable Hôlderlin:

"¡Y a mí, no me aconsejéis que me someta,/ no pretendáis que sirva a los esclavos!"

Sigue:

"Es inútil: esta época estéril no me retendrá./ Mi siglo es para mí un azote./ Yo aspiro a los campos verdes de la vida/ y al cielo del entusiasmo./
Enterrad, oh muertos, a vuestros muertos,/ celebrad la labor del hombre e insultadme,/ pero en mí madura, tal como mi corazón lo quiere/ la bella, la vida Naturaleza"

Nostromo

28 de marzo de 2008, 20:38  
Blogger ETDN said...

Me alegra encontrarte en el mundo bloguero. Te leo en EM (periódico), te seguí en campaña electoral (tú y el otro David - Gistau- sois de lo mejorcito que pulula por las columnas de los diarios, te lo aseguro). Nos hemos visto las caras unas cuantas veces, yo me acuerdo de todas, claro, seguramente tú no.

Rubia, coincidimos en una cena que organizó Martinez Lainez en el 2004 sobre proyecto de novela negra (yo era la única chica), te escribí algún mail a raiz de eso; te saludé en una fiesta de Planeta, año 2005, estabas sentado en un sofá de la última planta, fumando un puro, rodeado de gente; el año pasado estuve (con mis padres, hablamos contigo) el 23 de abril en la tertulia del café central con Angeles Caso y Manuel Hidalgo.

En fin, que nos seguiremos viendo por ahí, supongo, espero; me volveré a presentar, jajaja.

en este mundillo firmo como ETDN, mi nombre real es Marina.

un placer poder leerte aquí tb

salu2

ETDN

28 de marzo de 2008, 21:40  
Blogger David Torres said...

Querido Edison, déjelo.

Ricardo, Vd. llegó a eso de disc-jockey demasiado pronto. Si en vez de Menorca, hubiese trabajado en Ibiza ahora sería millonario.

Amigo Nostromo, gracias por incluir ese rap de Hölderlin.

Marina, sí que me acuerdo de ti (¿tu apellido empezaba por R, no?), de sus cabellos rubios, de la larga mesa de novelistas negros y de la tertulia del Café Central, con Angeles Caso y Manuel Hidalgo. Un beso dedicado.

30 de marzo de 2008, 22:20  

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