l Tropezando con melones - Blog de David Torres: El cinturón

David Torres, escritor, guionista y columnista

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jueves, 31 de julio de 2008

El cinturón

Lo bueno de Karl Marx es que suele tener razón en casi todo, pero lo malo es que los marxistas no se lo han leído ni por el forro. Empezando por Lenin. Por ejemplo, Marx dijo que para llegar al socialismo primero había que pasar por el capitalismo, una afirmación tan simple que para corroborarla no hay más que echar un vistazo a cómo están esos pobres países donde triunfó el comunismo. También dijo que la economía son los cimientos que sujetan todo lo demás, y que un cambio en la estructura económica provoca un terremoto que afecta a toda la estructura del edificio.





Este verano he comprobado la tesis de Marx en mis propias carnes, y no hablo en sentido figurado, sino que un día empiezo a notar una especie de hormigueo intermitente en la piel de la cintura y, como soy un hipocondríaco de libro, intento serenarme diciendo que se trata de un asunto de nervios. Lo más probable (me digo) es que se trate del síndrome del michelín fantasma, es decir, que como antes estaba bastante más gordo, el michelín izquierdo se ha erosionado bastante y envía señales desde el más allá a las terminaciones nerviosas, como dicen que hacen los miembros amputados a sus antiguos dueños.

El caso es que como la cosa se alarga ya para tres semanas y es un poco molesto tener un vibrador en plena lorza, decido acudir al médico, lo cual es el último recurso para un aprensivo. De entrada, confundí al médico de la Seguridad Social con un empleado de la limpieza a causa quizá de su juventud, del pendiente en la oreja y del uniforme sin mangas de color verde en lugar de la bata blanca de toda la vida que tanto nos tranquiliza y acojona a los hipocondríacos. Sin detenerse a palpar la zona afectada, sin pedir unos simples análisis, sin pensárselo mucho, me dice que no tiene la menor importancia y que la culpa la tiene la economía.

O sea, que Solbes dijo que había que apretarse el cinturón y yo le he hecho demasiado caso. Ya se sabe que tener a Solbes de ministro de economía es como tener al abuelo Cebolleta en la antesala del médico o en la cola de la carnicería: hay que comprar conejo, que es más barato y sale muy sabroso; no hay que dejar tanta propina en el bar; hay que apretarse el cinturón, etc. Una auténtica colección de topicazos murmurados con ese tono somnífero de sacristán en misa, de anestesia en el dentista, ideado para conjurar los malos rollos y tranquilizar a las masas antes del desastre. El ronroneo nasal y sedante de Solbes es lo que debería haber brotado de los altavoces del Titanic en lugar de una orquesta de cuerdas. Todo avión debería tener una grabación con los mejores discursos de Solbes por si hay que hacer un aterrizaje de emergencia.

Lo que pasa es que los hipocondríacos siempre nos tememos lo peor. Después vas al médico y te receta unos tirantes.



(Publicado originalmente en El Mundo el miércoles 30 de julio de 2008)

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28 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Joder, David, parece que haya sido mentar a Marx y que le haya entrado al personal un nosequé silencioso.
O eso o se han ido de vacaciones.
¿Queda alguien en Madrid...?

Holaaaaaaaa!

Como comentas, yo también creo que el buche lleno nos permite hablar de florituras y abalorios. En cambio, cuando la economía tropieza nos entra en seguida el hormigueo y nos olvidamos del resto para centrarnos en lo indispensable.
Mejor poder hablar de las florituras...

1 de agosto de 2008, 13:06  
Anonymous Anónimo said...

Completamente de acuerdo con eso de que la izquierda no es capaz de leer a sus clásicos, ni siquiera de superarlos. Parece que con que uno pensara, una vez, ya estamos todos contentos.
Marx y Gramsci, mucho mejor que Ana y Botella.

Un saludo, compañero:

Rafael

1 de agosto de 2008, 15:55  
Anonymous Anónimo said...

Pero, ¿hoy día acaso queda gente de izquierdas? De izquierdas, digo, no estos progretas de tres al cuarto, manipuladores y embusteros, que nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino.

1 de agosto de 2008, 16:52  
Blogger David Torres said...

Pues no le falta razón, amigo Dan. En casi todo. Aquí no queda ni el gato.

Rafael Martínez Simancas, supongo. Su alusión a Gramsci lo delata. Un abrazo.

Alguno quedará, amigo anónimo. Digo yo.

1 de agosto de 2008, 19:24  
Anonymous Anónimo said...

Yo, por ejemplo, soy partidario de llegar a la izquierda por la derecha.

Marx me gusta, pero prefiero el Huesitos de toda la vida, que es muy rico.

Desde Escocia, con la gaita dentro del culo,

Javier

2 de agosto de 2008, 8:49  
Anonymous Anónimo said...

¿y qué demonios hace la gaita en ese lugar? ¿Se ha tropezado o ha ido allí ell sola? Exceptuando esta experiencia en concreto le envidio sanamente por su estancia allí. Espero repetir algún día. De momento este año me quedo con la isla vecina.

2 de agosto de 2008, 10:59  
Blogger Emmaskarada said...

Estuve hace unos meses visitando la casa natal de Marx en Trier (Alemania) Lo mas bonito que habian dejado en ella era un reloj de cadenilla en una vitrina que pertenecio a Marx ( parado a las dos y veinticinco)Era una casa grande de familia acaudalada, no un palacio, pero decia mucho de los origenes del muchacho. Me dio la sensacion que esas primeras ediciones de " El Capital" se haran papilla algun dia con el solo contacto de los dedos, cuando viajemos al futuro y preguntemos a los seres que alli habitan : Donde estan los libros? Donde? Ahi, susurraran asustados, y entonces descubriremos el ultimo ejemplar de " El Capital" al borde del derrumbe.

2 de agosto de 2008, 16:51  
Anonymous Anónimo said...

Dan,

estoy en Galicia, lo que pasa es que entre el clima y los monstruos, por momentos pienso que estoy en Escocia.

Lo de la gaita es de la famosa canción, que le encanta a mi hijo:

Soy galleguiño
vengo de Lugo
traigo la gaita
dentro del culo

Creo que es despectiva, pero mi hijo, que tiene siete años, se mea de risa con ella.

Hoy vuelvo a Madrid.

Javier

3 de agosto de 2008, 10:23  
Anonymous Anónimo said...

Por cierto, David, suscribo al 100% tu artículo, buenísimo, de ayer. Sólo una pega: no haces referencia a Calomarde y el título se te queda un poco descolgado. Pero me encantó. Sombrerazo.

Javier

3 de agosto de 2008, 10:24  
Blogger David Torres said...

Emma, seamos serios. El Capital no se lo ha leído nadie. Ni Marx.

Javi, ¿a que lo cuelgo?

3 de agosto de 2008, 12:00  
Anonymous Anónimo said...

Pues claro

Javier

4 de agosto de 2008, 7:43  
Anonymous Anónimo said...

¿Ya está usted en Madrid, D. Javier? Los percebes, ¿bien? ¿Con qué fue la degustación, afortunado mortal? ¿Con Ribeiro o con Alvariño?

Saludos Cordiales,
Pedro de Paz

4 de agosto de 2008, 9:43  
Anonymous Anónimo said...

Ya estoy en Madrid, sí. Los percebes no han estado mal, no. Mi madre siempre me hace el recibimiento del hijo pródigo con percebes y nécoras, que son una cosa espectacular.

El ribeiro es demasiado ácido para mí, que soy delicadito para esto. No tanto como para no apreciar el vino de pitarra, como otros, pero es que el ribeiro me revienta el estómago. Mucho mejor el albariño, para mi gusto.

El viernes me vuelvo para allá.

Por aquí andaré por si se tercia, de nuevo, lo de tomar cañas.

Javier

4 de agosto de 2008, 10:18  
Anonymous Anónimo said...

No ha podido usted resistir la tentación de sacar a relucir lo del vino de pitarra, ¿verdad? (en efecto: es Albariño. Lapsus calami por mi parte)

Tengo una semana bastante ajetreada pero es posible -no seguro- que el Jueves por la tarde tuviese un hueco, ¿hace?

D. David, ¿usted que dice?

Abrazos,
Pedro de Paz

4 de agosto de 2008, 10:48  
Blogger David Torres said...

O sea que le acidula el albariño pero le gusta el vino de pitarra. ¿No será Vd. por casualidad el gourmet ése que se escurrió por uno de los sumideros cercanos al Bulli? Por el gusto, podría ser.

Por mí hace lo del jueves. En un sitio con aire acondicionado por favor. Cuanto más acondicionado mejor.

4 de agosto de 2008, 13:48  
Blogger Libertymad said...

Chico, Marx se equivocó y sí que lo han leído bien. Llevan más de 150 años diciendo que el capitalismo termina mañana y que el socialismo comienza pasado. Ocurrió en la mitad del mundo y así acabaron ellos. ¿Quién quiere una segunda parte?

4 de agosto de 2008, 14:09  
Blogger David Torres said...

Bueno, para mí la segunda parte hace tiempo que empezó. No me refiero al socialismo bananero sino a ese socialismo bien entendido ya se practica en esos países donde el capitalismo ha sido domesticado ampliamente. Véase Suecia, Noruega, Gran Bretaña, Japón, Islandia, etc.

4 de agosto de 2008, 17:18  
Blogger Nostromo said...

El único país socialista de verdad que existe hoy en día es, paradójicamente, Japón, el modelo del capitalismo por antonomasia. Es preciso vivir allí un tiempo para comprobar las atenciones sociales que tiene cualquier persona y el papel que tiene el estado en ello. Pero claro, otros podrían llamar "socialismo" al "civilismo", del que también los japos son un gran ejemplo. En otros países, como en España, el socialismo queda reducido a una amalgama de liberalismo económico mal aplicado (de ahí estos lodos...), propagandismo y resentimiento.

4 de agosto de 2008, 19:20  
Anonymous Anónimo said...

Compro lo del jueves. Acondicionado o que sea un poquito tarde.

Hora y lugar, por favor

Javier

4 de agosto de 2008, 21:01  
Anonymous Anónimo said...

Yo, a lo del jueves, confirmo que también. Sí a todo, incluido lo del acondicionado -Dios, que calores-. ¿El lugar? Como yo acudo desde las afueras de la periferia del extrarradio me da igual acercarme a un lado que a otro. Dispongan vuesas mercedes.

Abrazos,
Pedro de Paz

4 de agosto de 2008, 22:01  
Blogger David Torres said...

Voto por empezar el asunto en la Taberna de Conspiradores, en Huerta (donde cenamos la otra noche) a eso de las nueve.

Que se apunte el que quiera, por supuesto.

5 de agosto de 2008, 7:44  
Anonymous Anónimo said...

Me place. Si no surgen imprevistos, allí nos vemos.

Abrazos,
Pedro de Paz

5 de agosto de 2008, 10:23  
Anonymous Anónimo said...

Me perdonaréis si reculo, ¿verdad? Es que estoy pensando que el jueves me tengo que ir a Zaragoza todo el día, que voy a estar cansado y que, además, el viernes tengo que coger un avión prontito.

Iría si me dejarais huir a una hora decente.

Javier

5 de agosto de 2008, 13:41  
Anonymous Anónimo said...

Para una cervecilla -o un vino de pitarra- siempre hay tiempo, Javier. Y yo no tenía pensado amarrarte con cadenas. Aún no nos conocemos lo suficiente para ello.

Como tú lo veas.

Abrazos,
Pedro de Paz

5 de agosto de 2008, 14:59  
Anonymous Anónimo said...

Ya, Pedro, si el otro día no necesitasteis ponerme una pistola en la sien... Es porque me conozco que te digo que no hace falta que me encadenes tú, que las cadenas las llevo yo de serie.

Javier

6 de agosto de 2008, 8:49  
Anonymous Anónimo said...

David pero qué cosas, ¿nostalgia del michelín que fue? ¿Pero eso existe? Suena totalmente paranormal la verdad, ahora, que igual simplemente se te arregla con un poco de playa, y te ahorras los médicos, y también de paso luces los no-michelines, no sé, igual. Yo ando en esas, cociéndome a ratos cual caldereta delante del mar levantino, renovando el espíritu a base de nivea y gambas, y leyendo entre otros tu serie sobre atletas, descubriendo todo tipo de anécdotas interesantes entre la arena y la sal. Gloria bendita.

Sobre las cervezas, bien que me gustaría ir a conspirar con vosotros, pero el jueves, aunque paso por Madrid, es un día complicado. El otro día, después del genial recital de Jesús, me eché a las librerías a ver qué encontraba, y vaya si encontré. Después de lo que me había reído, me tuve que topar con Las treinta monedas. Fue como entrar en un campo minado y empezar a pisar sin parar en sitios donde no se debe. No contaba con eso. Se me hizo un nudo en el estómago de un momento a otro nada más empezar a leer. Te encuentras de golpe ante versos hermosísimos pero tan desnudos que realmente llegan a doler. Un libro de impacto, más que recomendable, aunque a consumir con precaución, si es que alguien ha conseguido tomarse estas cosas con precauciones. Qué coño, un libro para ir a pecho descubierto, porque es precioso.

Lo dejo ya que estoy escribiendo más de la cuenta y la prensa matutina me espera.

Carlota

6 de agosto de 2008, 11:22  
Blogger David Torres said...

Es completamente cierto, Carlota.
Lástima que no pudieras venir el jueves.

El poemario de Jesús, LA PROFESIÓN DE JUDAS, es uno de esos libros de los que no se sale indemne. Ese libro me recuerda a una frase que dijo una vez Paco de Lucía, cuando un amigo le espetó que un rasgueo de guitarra le dolía: "Es que tiene que doler".

11 de agosto de 2008, 17:00  
Anonymous Anónimo said...

Es muy sencillo en un país que trata de evitar la insolidaridad y el clasismo exacerbado. Cuando los precios de los productos más apreciados suben, se intenta fomentar el consumo de aquellos que no lo son tanto. Es éste un modo de promocionarlos también.

Si un kilo de chuletas de cordero en Madrid es más caro que dos conejos enteros, cuando los primeros suben (hay que distinguir lo que le cuesta un cordero al ganadero y por cuánto lo vende el tendero), el Estado intenta dar un empujón a los segundos. Ojo: de dos en dos.

15 de agosto de 2008, 20:40  

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