Bono pressing catch
Da la impresión de que se lo cruza por la calle y le parte la cara. Pero qué va. Bono en bañador, después de rasgarse las vestiduras, debe de dar el tipo de uno de esos luchadores de pressing catch que hacen las delicias de los niños en las tardes tontas de agosto. De hecho, como los luchadores de pressing catch, Bono es un virtuoso del micrófono. Sale por un rincón del cuadrilátero, agarra el micro, suelta tres insultos y dos amenazas y hala, a pasar por caja.

Más que un deporte, el pressing catch es la apoteosis del tongo. Un día un luchador es enemigo a muerte de la humanidad, pero a la semana siguiente ya han hecho las paces. Sin ir más lejos, hasta hace cuatro días, De Juana Chaos era un hombre de paz, uno de los nuestros. Lo dijo Zapatero, el karateka virtual, el hombre que quiso conquistar el premio Nobel de la paz a base de sonrisas, el melómano al que un bombazo en la T4 le sonaba a una traca valenciana fuera de lugar y de fecha. Por aquel entonces De Juana Chaos era el ectoplasma de Gandhi pero ahora, en la calle, da asco verlo. Pocos se dieron cuenta de que en realidad ya había dejado la lucha armada y estaba entrenando para la pasarela Cibeles.
Desde siempre, la política española ha estado plagada de luchadores de pega, bravucones cervantinos con la bocaza repleta de juramentos y un exceso de kilos en la sisa. Suben al ring del Congreso de los Diputados, hacen cuatro llaves y tres pantomimas, pero luego se toman unas cañas juntos y planean quién se va a llevar la siguiente costalada.
No fue en vano la advertencia de Miguel Sebastián, que por algo dijo que la prenda que mejor le iba a Rubalcaba es un bañador de leopardo. Vestidos de semejante guisa, Rubalcaba con tanga felino y Bono de costalero enmascarado, el combate podría dar mucho juego. La cosa es distraer al personal y echarse unas risas, porque la escoria sigue libre, viva y coleando, gracias a unas leyes que puntúan cada muerto a menos de once meses entre rejas.
El público silbó, pataleó y protestó, pero es que la Justicia, como siempre, estaba sorda y ciega. Hasta los árbitros del pressing catch tienen más vista para hacer un tongo.
Etiquetas: Bono, david torres, De Juana Chaos, política, terrorismo, Zapatero
10 Comments:
Después del atracón a marisco que me he metido en Galicia, me voy a poner en huelga de hambre hasta que enchironen a De Juana otra vez.
Hala.
Perdón. Un segundo. (No, no. El chuletón casi crudo y con patatas, por favor).
Huelga de hambre, he dicho. Para Pressing el de mi cinturón.
Javier
Desde el follón del k2 ahora tengo el "mono" de mirar este blog de "Deivid Towers".Me gusta el artículo último, lo que no comprendo es el contexto en el que dijo Sebastián lo del bañador de leopardo;no comprendo la gracia de ese comentario ni a qué se refería el ministro de industria. Ruego una aclaración -contextual- para "pillar" el chiste.
Gracias, un saludo.
Si se fijan, Javier ha "metido" su comentario un minuto antes que el segundo de Anónimo....aquí tendrán que poner "photo-finish" incluso para los post.Me ha ganado por media nariz. 12:52-12:53
Insisto al señor Towers la aclaración de lo del bañador-leopardo.
Saludos.
Pues en una entrevista veraniega concedida a El Mundo, Miguel Sebastián declaró que la prenda que mejor le iría a Rubalcaba era un bañador de leopardo. Tal como suena.
Javier, no se dice chuletón. Se dice "cadáver".
Gracias por la aclaración, pensaba que lo del bañador leopardo era alguna broma rebuscada de Sebastián.... para fomentar el ahorro energético o algo así.
Un saludo David.
Siempre que oigo Bono creo que hablan de el cantante de U2 y me quedo flipada unos segundos hasta que lo entiendo todo, jijiji
No se, sinceramente, claro, hablando de politica y de muertos de hambre pues que nos vamos a encontrar mas que bravuconadas. Yo entiendo que joda y mucho tener gobernantes tan vergonzosos, pues siempre se agradece inteligencia e integridad en aquellos que dicen que trabajan para defender los intereses de la mayoria.
En nuestra querida piel de toro hay tanta mediocridad politica que apesta la mediocridad si y duele, no veas si duele, pero joder, que los italianos estan peor. Los veo yo, un buen punado de exiliados que rondan por aqui,llorando por las esquinas cada vez que el Berlusca abre la boca.
Que le vamos a hacer si somos del Mediterraneo!
Algun dia todo cambiara David.
La mediocridad, Emma, no debe doler, sólo infundir conmiseración... o asco.
La mediocridad duele, especialmente cuando es la de tu propia sangre, o la tuya propia zaratustra.
Pero la de los gobernantes, es verdad, esa solo asquito me da.
Anónimo,
si te hubiera ganado por media nariz, tratándose de mí, se podría decir que te he dado un palizón.
Yo diría que te he ganado por la punta de la nariz. Nada más. La punta, que es lo importante, lo demás es para empujar.
Javier
A mí, la mediocridad y la hipocresía en los políticos, lo que me produce es miedo. Pero miedo del bueno, del tipo apocalíptico. Porque siempre he creído que un pueblo tiene a los políticos que se merece, y no sólo porque los vote, sino porque, en cierto modo, los genera y los subvenciona.
Luego, por el nivel de los políticos conoceremos como está el patio en la calle. Y lo que digo: da miedito.
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