Elija su mamada (concurso literario)

a) Muchos años más tarde él recordaría el comienzo de esa aventura, asociándola a una lección de historia, donde se consignaba que un emperador chino, mientras desfilaban interminablemente sus tropas, precedidas por chirimías y atabales de combate, acariciaba una pieza de jade pulimentada casi diríamos con enloquecida artesanía. La viviente intuición de la mujer deseosa, le llevó a mostrar una impresionable especialidad en dos de las ocho partes de que consta un opoparika o unión bucal, según los textos sagrados de la India. Era el llamado mordisqueo de los bordes, es decir, con la punta de de dos de sus dedos presionaba hacia abajo el falo, al mismo tiempo que con los labios y los dientes recorría el contorno del casquete. Farraluque sintió algo semejante a la raíz de un caballo encandilado mordido por un tigre recién nacido. Sus dos anteriores encuentros sexuales, habían sido bastos y naturalizados, ahora entraba en el reino de la sutileza y de la diabólica especialización. El otro requisito exigido por el texto sagrado de los hindúes, y en el cual se mostraba también la especialidad, era el pulimento o torneadura de la alfombrilla lingual en torno a la cúpula del casquete, al mismo tiempo que con rítmicos movimientos cabeceantes, recorría toda la extensión del instrumento operante. Pero la madona a cada recorrido de la alfombrilla, se iba extendiendo con cautela hacia el círculo de cobre, exagerando sus transportes; como si estuviese arrebatada por la bacanal de Tannhauser tanteaba el frenesí ocasionado por el recorrido de la extensión fálica, encaminándose con una energía imperial hacia la gruta siniestra. Cuando creyó que la táctica coordinada del mordisqueo de los bordes y del pulimento de la extensión, iban a su final eyaculante, se lanzó hacia el caracol profundo, pero en ese instante Farraluque llevó con la rapidez que sólo brota del éxtasis su mano derecha a la cabellera de la madona, tirando con furia hacia arriba para mostrar la arrebatada gorgona, chorreante del sudor ocasionado en las profundidades.
b) El cuerpo nuevo no es manejable (ningún cuerpo nuevo es manejable), y siempre hay una reserva o una interrogación respecto al orden y fuerza con que se deben besar sus diferentes partes, o apretarlas, o mordisquearlas, o investigarlas usando los dedos, o respecto al efecto que hará en el otro pararse a mirarlas, interrumpir el contacto y dedicarse a verlas con detenimiento. 'Tengo la polla dentro de su boca', pensé al tenerla, y lo pensé con estas palabras, pues sólo esas palabras vienen cuando se pone en palabras o en pensamientos lo que se está haciendo con lo que denominan (cuando lo que denominan está actuando), más aún si no se conoce apenas el otro cuerpo y sobre todo si las palabras hacen referencia a las partes del cuerpo propio y no a las del otro, con las que siempre se es más respetuoso y para las que sí se buscan y emplean los eufemismos y las metáforas y los términos neutros. 'Tengo la polla en su boca o ella tiene su boca en ella, puesto que ha sido su boca la que ha venido a encontrarla. Tengo la polla en su boca', pensé, 'y no es como otras veces, como tantas veces desde hace mucho tiempo. La boca de Muriel es succionadora como noté desde el primer momento, desde que la besé, pero no es tan espaciosa y líquida como la de Clare Bayes. Le falta saliva y le falta sitio. Sus labios son bonitos, pero un poco finos, y están parados; o, más que parados (que no lo están, pues noto mucho su movimiento), carecen de flexibilidad, son rígidos. (Son como cintas tensadas.)'
(...) Mucho más incomprensible que ir a tenerla, como la tendré muy pronto, metida en su sexo, pues en su sexo -es de esperar- no habrá habido nada durante las últimas horas, mientras que en su boca ha habido chicle y ginebra y tónica y hielo, y humo de cigarrillos, y cacahuetes, y mi lengua, y risa, y también palabras que yo no he escuchado. (La boca siempre está llena y es la abundancia.) Ahora no bebe ni fuma ni mastica ni ríe ni dice nada, porque tiene mi polla en la boca y está distraída, y sólo eso cabe. Yo tampoco hablo, pero no estoy distraído, sino que estoy pensando.
c) Lo hice tal vez para defendernos, para no quedarnos solos frente a esa música . La levanté en vilo y la llevé hasta el sofá, y allí me arrodillé para beberla, y de repente, al entreabrir sus muslos, recordé la primera vez que hice el amor, el primer beso, la primera mujer, el momento irreparable en que la gracia inundó mi vida. Cerré los ojos y el sabor húmedo y salado de Laura me trajo hasta la boca el sabor del mar, la primera ola, la primera playa, la primera pelea, la primera vez que me partieron la boca y la sangre bañó mis labios, ese sabor intenso e íntimo, tan semejante al que inundaba ahora mi boca, olores y sabores que eran aduanas, fronteras, el primer amor, la primera cerveza, el primer cigarrillo, la primera comunión, la pasta de harina apelmazada y pegada al paladar que contenía, según decían todos, la sustancia de Dios, la sangre de Dios, la carne de Dios vivo desliándose entre mis dientes, del mismo modo que aquel licor espeso contenía la sustancia de Laura.
Ella se estremeció de arriba abajo, y cuando las convulsiones dejaron de agitarla, me puse en pie y quise llevarla a la cama, pero no me dejó, me desabrochó los pantalones y hurgó entre mis ingles con unos dedos fríos que me estremecieron de repente hasta la raíz de las tinieblas, y luego descendió con sus labios hasta el centro mismo de esas tinieblas, hasta el lugar donde mi corazón había cambiado su sede, y lo bebió despacio, tiró de mis raíces, sorbió mi memoria, como si yo no fuera nadie o menos que nadie, sólo una cosa suya, su juguete, su padre, mi niña, dije, como si realmente fuera hija mía, como si estuviéramos cometiendo un horrible pecado, padre e hija, un incesto no justificado ni santificado por el amor ni certificado por la música, porque no nos amábamos, desde luego, aquello no era amor sino sed, dos animales que bajan a beber a una fuente, dos criaturas palpitantes que se encuentran en mitad de la noche y deciden amarse en vez de matarse, pero lo mismo era la muerte lo que sentí cuando ella apretó los dientes, una dentellada minúscula en mitad de las tinieblas mientras las medusas mojadas de su pelo azotaban mi cintura, y no pude contenerme más, toda mi savia se derramó en su boca como un montón de palabras no pensadas ni dichas todavía, un río de palabras antes de la germinación, antes de hacerse carne y sangre. Pero lo mismo era la muerte.
Etiquetas: david torres, felación, novela, sexo
24 Comments:
C) El gran silencio...
Ah, pillín. De las dos primeras tengo mis dudas y prefiero no aventurar. Del tercero no hay duda:eres tú y El gran silencio. El premio ¿es un melón amarillo o una mamada a elegir?
Créame que no entiendo la propuesta,
ni esos tres comentarios a la nada,
pues de sobra sabemos que mamada
es cosa de ficción, aunque esté emhiesta
la cosa de folgar. Y aunque se presta
a inequívocos roces, la mojada
ajena pocas veces es prestada
para tales oficios tras la siesta.
Yo he probado con nata, miel, con fresas,
con reclamos diversos, con picante,
con promesas de amor, con vino y rosas,
Y salvo en videos porno o letras presas,
nadie puede negar que es importante
acabar con la mano en estas cosas.
El negro zumbón
Disculpe Don David por ese emhiesta que debiera ser enhiesta, pero es que tenía las manos muy ocupadas.
Otravezelnegrozumbón García.
No sé si hay truco, o premio. Pero lo importante es participar (dicen). De los tres textos, que no he reconocido, me quedo con el tercero en cuanto a estilo literario.
(No sé si es tuyo, David, leí El gran silencio en su día; mi memoria es a veces frágil)
En cuanto al fondo, pues eso, siempre mejor la práctica que la teoría.
Y, ya puestos con el juego, el próximo que sea de cunnilingus, que a las chicas también nos gusta ¿no?...y tampoco abundan muchos en literatura (al menos que yo recuerde en este momento)...
Como decía Jack el Destripador, vayamos por partes, que se nos amontonan los candidatos.
El premio es un libro firmado pero hay que acertar las tres. El que quiera una mamada que se la pague. Y conste que hay que que firmar como algo más que "anónimo".
Negrozumbón García ha añadido un cuarto interrogante, ya me imagino yo quién es. No muy negro pero sí García. El soneto es muy bonito, pero fuera de concurso. Y quede claro que las mamadas no son ficción, sino ciencia-ficción.
Srta. Tierra de Nadie, gracias por concursar pero el jurado preferiría un análisis literario más pormenorizado. En cuanto al cunilingus, en la opción c) he incluido un pequeño ejemplo.
No nos lo ponga tan fácil, buen Kurtz. Del tercero, ya lo han dicho los anteriores comensales de este sin par banquete literario. Gran obra, por cierto, "El gran silencio". Espero ansioso su continuación.
En cuanto al primero, es, sin duda, de su bien querido Lezama Lima, puedo concretar que de "La madura madona", y el segundo de "Todas las almas", de Javier María, libro por el que, me temo, tengo yo más admiración que usted.
Un abrazo desde los mares del sur, buen amigo.
Que el primero era de Lezama ya lo barruntaba yo, aunque no lo había ubicado. Pero el segundo, ni con mi echadora de cartas... En fin, enhorabuena al ganador y ánimo con los concursos. ¿No era gran aficionado a los puros Chicho Ibáñez Serrador? Pues eso, que los dioses repartan dulces picaduras, pero cuidado con los súcubos.
Natanael
No estén tan seguros. Es más difícil de lo que parece. Sigan concursando: habrá melones, digo libros, para todos.
David, el del primer comentario he sido yo. Pensé que iba firmado automáticamente, pero no.
El concurso me parece una buena idea, pero contradictoria: por un lado, es difícil, pero, por el otro, está chupado.
La c) es "El gran silencio" y punto y tú te callas. Si no lo hubiera prestado a alguien (no recuerdo a quién ni hace cuánto), lo confirmaría ahora mismo.
Los otros dos, como no los he leído me callo.
Un abrazo.
Javier
¿¿¿¿La b es Javier Marías?????
¿¿¿¿En serio??????????
Es la prosa más estúpida, zafia y torpe que he leído en mi vida. ¿¿¿¿De qué va el libro, de un subnormal que la mete en un tarro de leche desnatada????
Bollfinger
Mire, señor Torres,no me interesa el premio, pero sí la justicia, así que declaro:
El párrafo A es (gloria, gloria, gloria)de Lezama.
El párrafo C es suyo. Valen también los "gloria" anteriores, pero es que no me gusta repetirme.
El párrafo C es de Javier Marías. Lo he reconocido porque sólo puede venir de alguien que sigue virgen, no en lo de que se la chupen, que a lo mejor, sino en la literatura. Vamos, que ni se la han presentado.
Vale, he hecho trampa.
Fdo: Tranquilaqueyoteaviso Méndez, testador de anabolizantes.
¡Coño!, hasta hoy no me había enterado que tenía usted blog propio, Sr. Torres. Bueno, pues uno más que me apunto para mi ronda matutina, justo tras el del Sr. Reig, que me pilla de camino.
Le sigo leyendo.
Un abrazo,
Pedro de Paz
El segundo comentario era mío. También se me olvidó firmar (lo de las mamadas nos pone nerviosos). Me reitero en que el ejemplo C es de "El gran silencio", novela con páginas memorables y muy bien escritas. La A, con ese comienzo tan a lo García Márquez, puede ser Lezama, sí. En cuanto a la B, lo ignoro, pero no me extrañaría que fuese Marias. Sólo un personaje tan bobo y plano como los que llenan sus libros podría estar pensando en que tiene o deja de tener la polla en la boca de una señorita mientras ésta se la come, en si ha fumado o mascado chicle. Seguramente el autor de esas frases es alguien que se la coge con un papel de fumar. En todo caso está claro que los tres autores son tíos. Sería muy interesante saber como lo describe una tía, desde la propia experiencia empírica (Almudena Grandes lo hace en Las edades de Lulú pero bastante mal. Era muy joven cuando escribió ese libro, bastante malo por cierto).
Abrazos
Ricardo Corazón de Melón
Sin hacer trampas, yo he reconocido a "El gran silencio" en la C) (por que en su momento me gustó mucho la cita y quedó en mi memoria) y a Javier Marías en la B) (por que a colación de la frase 'Tengo la polla en su boca o ella tiene su boca en ella, puesto que ha sido su boca la que ha venido a encontrarla. Tengo la polla en su boca' largamente recordada por los miembros (con perdón) de "La Fiera Literaria", estos se trajeron una coña del trece con Marías y sus "pollas en boca" de no te menées. Aún me acuerdo de las risas... )
Abrazos,
Pedro de Paz
Sólo puedo decir que uno de los comentarios pertenece a "El gran silencio", excelsa novela cuyas primeras veinte páginas aún crujen en mi cerebelo como un ejemplo de la mejor prosa que leí en mucho tiempo. Las otras dos no las he reconocido, (puede ser porque tiendo a leer a Estefanía, Silver Kane o Corín Tellado, y en su caso la descripción de una felación se pagaría con garrote vil).
Por lo demás, no me imagino a un escritor con la pluma en ristre y el cuaderno a punto, y una contribuyente aplicándose en la succión, mientra el juntaletras dice: "¡Coño, que me manchas el cuaderno!" " o más despacio que me viene la inspiración. ¡Jodé con la inspiración".
En fin que cuando pienso en el tema, no me imagino a Lezama Lima o a Javier Marías, mi caletre es más de pueblo y se llena de imágenes de Danuta Lato, Nadine Jensen, etc...
Documento la alusión a la Fiera Literaria, que francamente hace recordar algunas frases memorables del tal Marías:
http://www.lafieraliteraria.com/PDF/estafa.pdf
Estimado señor Torres:
Bromas aparte, y eso que su entrada se presta a muchas, me gustaría, con total humildad, dejar constancia de un par de reflexiones a costa de los fragmentos propuestos, como si me encontrara en un imposible ejercicio de comentario de texto:
Lezama siempre nos sorprenderá, porque su felación, entiéndase, está cargada de mitología y de suciedad, de infierno y de paraíso, de áscesis y de hundimiento, como cualquier experiencia adolescente, porque lo más grande de Lezama, lo que tantos eruditos a la experiencia, perdón, a la violeta, no han sabido ver, es que la escritura de Lezama es la del adolescente perverso que manipula arteramente cuanto sabe sin dejar de sorprenderse con cada descubrimiento, que vive todo aquello que ignora y que es capaz de violar lo inalcanzable. Sí, fuimos así pero ya no lo somos; por eso nos jode Lezama, porque es el guardián de todo lo que perdimos.
Respecto al fragmento de Marías, me gustaría poder decir algo acerca de él, salvo que tiene el dudoso mérito de ser el primer escritor que es capaz de mantener su polla mustia mientras se la chupan, y que ignora las más sencillas lecciones de estilo y prosodia. He consultado dos ediciones distintas de Todas las Almas, además de su transcripción, antes de determinar que, si no fuera por la edad, el gachó sería un ejemplo de los daños irreparables de la LOGSE (lo siento por el PP, pero el tipejo venía mal de fábrica)
Respecto a su propia chupada... Sus personajes dejaron de ser niños hace tiempo, les arrancaron de la niñez y no conciben la belleza si no está contaminada por la vida. Por eso su felación es viva, ardiente, pletórica y, al mismo tiempo, dolorosa, tierna, compleja; los actores sienten que quien consigue su deseo consigue también afirmar su culpa; que no se merecen, porque nadie lo merece, el placer. Lo siento por elos, porque no los escribió Lezama y han de sufrir. Al menos los escribió usted, y les queda el consuelo de entregarse al vacío de un momento que no se repetirá salvo en su memoria inasible. Eso, que usted sabe atrapar, se llama belleza.
Ruego disculpe mi pedantería, pero tenía que decirlo.
Fdo: Fdo.
Querido Fdo., fuera de los elogios desmesurados hacia esta mi persona, debo decir que detrás de ese comentario tan soberbiamente escrito se esconde alguien que debería estar honrando algún suplemento literario. ¿A que tampoco tardó tanto en escribirlo?
Querido Pedro de Paz, se le saluda y felicita por la publicación de su próxima novela. Nos vemos en Escarlata con Montero Glez.
Bollfinger, es Javier Marías, créame.
Ricardo, recuerde que Lezama era homosexual y que su descripción, gloriosa, como bien señala Méndez, está excelentemente documentada.
Nostromo, acertó de lleno pero el libro de Lezama es "Paradiso".
Campanati, le felicito por su buen gusto (me refiero a Nadine Jensen).
Gracias a todos por participar. Los ganadores pueden solicitar su libro en el correo señalado en mi perfil. Los perdedores también.
Insoportable Marías con su prosa vacilante y sus disyuntivas, pero también cargante Lezama y su vocabulario: ¿raíz de caballo? ¿Torneadura? Buf, qué consuelo saber que no perdimos el tiempo con ellos.
En cambio sí leí El Gran Silencio y esa felación que no olvidé por varias razones. Entre ellas, un comentario de una adolescente y fan de David Torres, que me dijo tras leerlo: "es increíble que pueda describir con tanta belleza algo tan repugnante".
Mondongo Gómez
Mondongo, gracias, pero diga nombres.
Si no quiere decir el suyo diga el de la adolescente.
A mí lo de "la raíz de un caballo encandilado mordido por un tigre recién nacido" me parece insuperable. Yo siento exactamente eso cuando empieza el asunto.
Muchas gracias por la felicitación, David. Esperemos que la trayectoria de mi novela sea, como poco, tan venturosa como las suyas.
Nos vemos en Escarlata.
Abrazos,
Pedro de Paz
Opción A. La B es un poco extraña, suena a medio camino entre Derrida y Foucault. Uno se teme lo peor, un mordisco o algo así. La C es cursi.
Perdón, pero la alusión a la Fiera me ha puesto a 1000. ¿La siguen haciendo? Hace años compré unos números en una librería de Lavapiés. Por cierto, el otro día leí un libro en el que su autor señalaba a Alberto Cardin como precursor de la Fiera desde las páginas de la fenecida Diwan, donde el asturiano ya arreaba a la divina Mary. ¿Saben dónde puedo encontrar algún ejemplar?
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