l Tropezando con melones - Blog de David Torres: Todos somos Manolo

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martes, 1 de julio de 2008

Todos somos Manolo

Me lo dijo uno de los tipos que conozco que más sabe de fútbol, mi amigo el novelista José María Mijangos: 'Es imposible. ¿Cuándo se ha visto que ganemos algo?' Ese pesimismo metafísico, ontológico, que atenaza las piernas de los jugadores españoles nos ha acompañado durante décadas y por eso esta misma noche íbamos a asistir a un encuentro a cara de perro, a la consecución secular de la maldición o a la ruptura definitiva del maleficio. No era un partido contra Alemania sino contra el destino. Ese destino que nos había sacado la lengua en innumerables y ardientes tardes de catástrofe.




(El Cometa Halley a su paso por Viena, con la camiseta roja)


El chaval que guarda la entrada de la piscina donde voy cada día a plancharme la espalda me lo dijo con esa mezcla de estupefacción y maravilla que brilla en los ojos de todos los jóvenes que han seguido las andanzas de la selección en esta Eurocopa: 'Es la primera vez que voy a vivir algo así'. Le dije que yo también, aunque no era verdad: todavía me escocía aquella histórica final del 84, contra la Francia de Platini, en la que a Arconada se le escapó un balón por el sobaco. Pero en cierto modo, esta vez no podía suceder, no iba a suceder así, esta vez no habría malos rollos, ni codazos en la boca, ni sobacos, ni puñetas.

Momentos antes del partido, las calles de Madrid hervían por el calor, cociéndose en el fuego lento de la ansiedad y la esperanza, componiendo desde Vicálvaro hasta Argüelles, desde Legazpi hasta Plaza de Castilla, uno de esos escenarios de western antiguo, un pueblo fronterizo a la espera de los pistoleros, una calleja quemada por el sol, solitaria, vacía, traspasada por un silencio digno de una banda sonora de chicharras y una armónica de Morricone.

En los bares, la gente se aglomeraba ante el televisor: el altar tecnológico de la nueva religión. El pánzer alemán nos tuvo arrinconados los primeros minutos pero un cabezazo al poste de Torres provocó que un chino (nacionalizado español y poco familiarizado con el deporte rey) se levantara de la silla gritando '¡Dos puntos!'. Hubo que explicarle que un gol es un gol y un palo es un palo. Pero Torres, mi semitocayo, era el hombre del partido. Me lo había advertido otro de los tipos que conozco que más saben de fútbol, mi hermano Dani: 'Hoy Torres va a mojar, ya verás'. Y no se equivocó. El Niño tenía ganas y toda la noche nuestro primo de Fuenlabrada fue una pesadilla para la defensa alemana, pasando como un cohete a través de ese par de armarios roperos vestidos de blanco, esos dos kioscos de prensa que tropezaban con sus nombres al correr y que apenas podían hacer otra cosa que seguirle el rastro de la pólvora en las botas. Cuando llegó el gol, la gente enloqueció, las pinturas de guerra hablaban a gritos, quitándose de encima años de vergüenza, de agachar la cabeza y pedir justicia a los cielos.

Esta vez no. Ni el gafe de Zapatero podía con nosotros. Esta noche todos éramos Manolo, aquel hombre que se compró un bombo a plazos y que por fin podía estrenarlo a gusto. Cuando aguantamos los primeros minutos del segundo tiempo, los coletazos de rabia de la máquina de guerra alemana, ya veíamos posible el milagro. Y el baño de fútbol con que la selección roja toreó a los mostrencos germanos fue celebrado en el bar con un multitudinario baño de cerveza. No, esta vez el duelo terminó mucho antes de que el italiano pitara el final, a la maquinaria alemana se le habían descompuesto tornillos y bielas, y el gol de Torres iba a romper el marcador como el puñetazo del K.O., el tiro de gracia con que Billy el Niño abría las puertas de la leyenda.

En las calles sonaban los gritos de entusiasmo, flameaban banderas, los coches pitaban enloquecidos por la alegría de una final ganada al fin, después de tantos años y tantas decepciones. Llamé a mi hermano y me dijo: 'Esto vamos a vivirlo sólo una vez, como el cometa Halley'. El Halley que había cruzado flameando los cielos para rasgar el bombo.



(Publicado originalmente en el suplemento M2 de El Mundo el 30 de junio de 2008)

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11 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Y un hombre en el que poca gente confío, ese sabio de Hortaleza, don Luis Aragonés que dio buena gloria e historia a mi Atleti, y ahora a mi selección. David, si un día le haces un retrato literario de esos a Aragonés, avisa o ponlo por aquí, aunque bueno, lo veo difícil, tú no escribes en el As. Pero en fin, podría ser. Un abrazo.

1 de julio de 2008, 13:01  
Anonymous Anónimo said...

Generoso David, mira por dónde que para una vez me viene un articulo suyo que no me ha gustado, incluso que le veo algo flojillo, como si el fútbol y usted (y yo, para qué obviarlo) no estuviesen bien complementados, como si le vinioera ancho, como si viniera de encargo, como que había que salir del apuro y bueno, que bien, que vale.

Disiento con usted en colocarle el adjetivo gafe al señor Zapatero. Podrá ser un mal presidente, e incluso caerle mal, que eso nadie se lo discute, pero en ser portaestandarte de desgracias creo que ha habido otros presidentes que ganan con holgura al susodicho, y por méritos propios.

Por lo demás pues que me alegro mucho popr la selección, por Luis, y demás, pero que me cago en la puta madre de los ocho mil hijos de puta que se estuvieron de griterío y parranda bajo mi casa hasta las seis de la mañana casi dos días seguidos. Que una cosa es la alegría bien comprendida y compartida y otra cosa la mala educación, lo soez y lo villano, y la imposición ante la libertad en horas que son de descanso y sosiego. Creo que a usted, en tiempos, se le manifestaban guitarristas madrugadores y étnias festivas a las mismas horas, y supongo que cuento con su solidaria experiencia.

Gracias, mon frere.

Aversiduermounashoras García

1 de julio de 2008, 14:33  
Anonymous Anónimo said...

Genial la final y estupenda la celebración de ayer. Aunque sin ser entusiasta del futbol (como su amigo y mio, Mijangos) tengo que reconocer que he disfrutado, imagino la emoción de aquellos a los que les gusta y saben tanto de futbol. Enhorabuena.

1 de julio de 2008, 14:45  
Blogger David Torres said...

Javier Divisa, un retrato al natural de Luis sería cojonudo. Sobre todo si le pongo un negro al lado.

García, pues sí, era un encargo, la verdad. Y sabe que a mí también me joden los vándalos que aprovechan cualquier ocasión para dar por saco. Pero que Zapatero es gafe es un hecho histórico. Que se lo pregunten a la selección de baloncesto, a Schroder, a Segolene Royale...

Anónimo, llamé a Mijangos nada más acabar el partido y seguía sin creerselo. Decía que los alemanes iban a impugnar el resultado.

1 de julio de 2008, 18:14  
Blogger Andrés Pérez Domínguez said...

Pues sí, David: esto del fútbol es increíble. Si no, acuérdate el jueves pasado, el día de la semifinal, los dos andando por Sevilla tratando de enterarnos cómo iba el partido. Lo cuento en un mi artículo de Punto Radio este viernes y, como hablo de ti, es de ley que te lo diga antes. Ya está en el blog, por si te quieres pasar.
Un abrazo

1 de julio de 2008, 19:22  
Anonymous Anónimo said...

Un negro llamado Henry, y un claro exponente de la riqueza más cateta del fútbol, Reyes. Perfecto, Luis entre ambos.

1 de julio de 2008, 19:34  
Anonymous Anónimo said...

Hasta que pasen quince días y no se pueda impugnar el resultado, no me creeré que España ha ganado. E incluso entonces, Zapatero colará una ley en la que le cedemos el título a Alemania como tributo a la memoria histórica, (al fin y al cabo, siempre han ganado ellos y quienes somos nosotros para cambiar la historia). Todavía me estoy pellizcando, yo y los miles de mosquitos que anidan en mi piel, deben ser teutones..., En fin, de esta magnífica eurocopa me quedo con Turquía, (parecía el Madrid de Capello), la primera Holanda, 30 minutos de Rusia, el croata Modric, Sjneider, (si jugase así en el Madrí le cambiábamos el nombre al estadio), y el centro del campo de España, (parecía alquilado a Brasil, ya nos lo cobrarán con intereses)

1 de julio de 2008, 22:47  
Anonymous Anónimo said...

Hola David.

Estoy de acuerdo con el primer comentario y lo que no entiendo es que no hagan presidente honorífico a Luis en el atleti, ni antes de esto ni ahora. Luis es el atleti.
Te juro que puedo pasar del fútbol toda la vida y más, pero ay el atleti. Me han tenido pillao siempre esos tíos.

Fdo: Paolo Jorge dos Santos F :)

Un abrazo.

1 de julio de 2008, 22:48  
Anonymous Anónimo said...

También me quedo con Modric, anónimo.

Y te dejo ya, David, que si no esto va a parecer el MD.

1 de julio de 2008, 22:50  
Anonymous Anónimo said...

Mijangos es sabio y comparte con millones de españoles ese atenazante pesimismo metafísico y ontológico, que es lo que nos ha acompañado a todos los consumidores de fútbol en las últimas décadas.

Una concatenación de señales cósmicas, el desplazamiento del polo magnético, la anunciada segunda venida de Otis Redding y el hecho de que algunos de nuestros chicos hayan salido de la casa paterna para jugar en ligas extranjeras ha posibilitado lo imposible: la selección ganó y fue superior a todos en todo y en todos los partidos (algo nunca visto, ni siquiera en el mítico brasil del 70). Según recuerdos infantiles, de cuando felicitábamos las pascuas a Gárate y a Iselín, a Luis se le llamaba el FEO de hortaleza. Grande Luis. Romero

2 de julio de 2008, 14:14  
Blogger David Torres said...

Un abrazo, Andrés. Todavía me acuerdo del calor que pasé. Qué rato más malo, kiyo.

Mijangos, creetelo ya, coño. Y lo de Nadal también.

Alberto, Romero, gracias por sus respectivas visitas.

8 de julio de 2008, 9:48  

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