l Tropezando con melones - Blog de David Torres: La importancia de tomar Viagra

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viernes, 6 de junio de 2008

La importancia de tomar Viagra

Nada más empezar la película, cuando uno ve al gordo agusanado de Philip Seymour Hoffman enculando a ese pedazo de hembra denominada Marisa Tomei, sabe que la cosa va a acabar mal. Muy mal. Según la ley del Dr. House, los 4 follan con los 4, los 7 con los 7, y así sucesivamente, y no hay ninguna razón para que un 9'5 como la Tomei se lo monte estilo perro con un cangrejo de río cocido como P.S.H. salvo una: dinero. Y de eso va la película, de lo cara que sale una esposa que en realidad es una muñeca hinchable con una hucha en el culo, con lo barato que, en comparación, debe de ser irse de putas en N.Y. Hoffman recuerda a todas horas aquel polvo glorioso que echó en Río de Janeiro y piensa (es un decir) que su triunfo eréctil se debió al clima brasileño, con lo que intenta acumular pasta del único modo que admite el cine americano, esto es, atracando bancos, en lugar de ir al médico y pedir una receta de Viagra.





Hoffman tiene un hermano aun más retrasado mental que él, interpretado por Ethan Hawke (un actor que iba para guapo pero que se ha quedado con cara de monedero viejo), que también anda con problemas de liquidez. Como los dos juntos apenas pueden ir al baño solos, no se les ocurre otra idea para solucionar sus pufos que atracar la joyería de sus padres con el resultado que los espectadores sospechan y que Sidney Lumet se apresura a colocar justo después del culo en cinemascope de la Tomei: una masacre. Ethan Hawke, disfrazado de actor porno en paro, sale echando hostias al volante de un coche, dejando en la joyería a su madre con un tiro en el pecho y a su amiguete (un atracador border line al que debió de conocer en una reunión de tupperware) tendido en la acera en espera de la tiza.

El resto es el penoso despropósito de un director octogenario al que le ha dado por plagiar Reservoir Dogs, con unos cambios de tiempo y perspectivas múltiples que, en contraste con la obra maestra de Tarantino, parecen un trabajo de manualidades para la residencia de ancianos de donde nunca debió salir. Así, a bote pronto, entre bostezo y bostezo, yo descubrí dos incongruencias de guión más gordas que los michelines de P.S.H.: el hecho de que Hawke no viera que quién estaba en la joyería era su propia madre (el coche de su padre pasa a medio metro del suyo: ni siquiera puede exculparlo su síndrome de Down) y el hecho de que la policía se toque los huevos y ni siquiera vaya a la casa del atracador border line para descubrir el hilo que inmediatamente los guiaría hasta esa nueva edición de los hermanos Dalton.

Da plena fe de la necedad de este pastelazo la impotencia de un actor tan grande como Albert Finney, que apenas puede sostener sobre sus hombros la inverosimilitud de su personaje y se limita a boquear durante media cinta con cara de galápago lovecraftiano hasta que se desata en un final por completo torpe, necio e increíble. Uno recuerda lo que hizo con un argumento parecido y aún más cadáveres el guionista David Webb Peoples en Sin Perdón, donde, si ustedes recuerdan bien, se desencadena una matanza exponencial sólo por la simple razón de que una puta tonta se ríe de un tipo que la tiene pequeña. Con lo fácil que es pedir Viagra.

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13 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Vayamos por partes, señor Torres:
si Ethan Hawk tiene cara de monedero viejo, quiere decir que ha evolucionado como actor, porque en el Club de los Poetas Malitos gastaba jeta de piel de vaca sin curtir.
No me llame gordo a P.S.H., más que nada porque yo me comparo con él para demostrar que no estoy gordo, y ya me he gastado mucha pasta en terapia para que se me joda en un solo post.
Mire, lo del 9.5 para Marisa Tomey es de justicia. También sería de justicia emplumar al tipo que le dijo que tenía madera de actriz. Más que madera, tiene corcho.
Y Albert Finney... Albert Finney, hace tiempo que debería heber dejado la interpretación (de todos los mencionados, es el único que la ha ejercido, pero se lo perdonamos porque vive en un país sin pensiones de vejez. Una pena.
Permítame que traiga a éste su blog un juicio del maestro Alfonso Sánchez: "A veces, la suma de un gran guión, un maestro de la dierección y un grupo de magníficos actores es igual a cero".
Y encima, ahora fallan dos, al menos, de las tres premisas.
Fdo: Isadora Duncan, autoahorcatriz.

6 de junio de 2008, 17:49  
Blogger Hutch said...

"Su mejor película de los últimos 25 años: magistral [...], una joyería [...], tragedia familiar de proporciones skapesperianas [...] excelente guión [...] Lumet ha filmado el oxidado color de la pérdida", Javier Ocaña dixit en El País (!¡) del 23 de mayo.
¿Se trata de la misma película? Bueno, yo tenía intención de ir a verla: no sólo por el recuerdo de "Doce hombres sin piedad" o "Veredicto final", sino también por P.S.H., quien en "La familia Savages" estaba espléndido y sorprendentemente sobrio (obvio el bodrio de "Truman Capote"); sin embargo, ahora tras tu crítica, me lo voy a pensar...

7 de junio de 2008, 9:31  
Blogger Luis Felipe Comendador said...

Estás como una puta cabra, Davisito, pero me encanta tu prosa lenguaraz y destetada, tu mirada al zorolo mundo de los hombres y tu forma de fumar puros de pega.
Te echo mucho de menos en mi culo del mundo, y no estaría mal que te fueras pensando en montar una excursión de borrachos letraheridos para que nos olvidemos juntos del alfabeto entero en una cabañita del monte de El Castañar bejarano.
Y que te quiero, coño, a pesar de que sigas escribiendo en el jodido 'El Mundo'.

7 de junio de 2008, 11:59  
Anonymous Anónimo said...

Seymour está gordo, pero es que para tirarse a la Tomei hay que tener estómago. ¡Vaya pedazo de actorazo! Ya quisiera la mayor parte de directorcillos que pululan hoy por ahí llegarle a Lumet a la punta de los calcetines.

7 de junio de 2008, 12:38  
Anonymous Anónimo said...

Philip Seymour Hoffman y Juan Adriansens son la misma persona.

8 de junio de 2008, 1:29  
Blogger David Torres said...

Isadora, qué grande era Alfonso Sánchez.

Angelus, yo es que soy muy mío. También un par de amigos de toda confianza me la habían puesto por las nubes. A lo mejor por eso la peli me pareció una patata. Pero es que eso de que dos hermanos yupis decidan atracar la joyería de papá me suena absolutamente inverosímil. Y de ahí para arriba.

Komen, cabronazo, ya tengo yo ganas de verte. Que la última vez que ibas a venir por el foro te rajaste y ni se sabe la de veces que me he rajado yo. Cuando nos veamos, te voy a dar yo puros de pega.

Bowman, si piensa eso de la Tomei Vd. y yo nunca nos pegaremos por una tía. Si piensa eso de P.H.S. tampoco por un actor.

Ruina, es verdad, no me había dado cuenta.

8 de junio de 2008, 17:00  
Blogger Loren said...

La película está magistralmente realizada (a pesar de tantos flashbacks y de algún que otro zoom marca de la casa). Las interpretaciones me gustan, la Tomei está de "toma pan y moja" y el final, y la historia en sí, me parece bastante arriesgada para el actual Hollywood.
En general me gustó mucho, aunque el guión tiene ciertos pufos y el final es algo rocambolesco.

Un abrazo.

9 de junio de 2008, 0:05  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

David,

cambia de píldora. El Viagra es un trempe agotador (dicen), un priapismo temporal y doloroso. Ahora, lo que está de moda es el Cialis, que responde al estímulo (dicen, de nuevo), no pone al soldado firme sino viene el general a pasar revista.

La otra es el PPG cubano, mielmano, pero con esa mielda lo mismo se te cae la pinga y tienes que usal el fuela a bolda.

Javier

9 de junio de 2008, 7:19  
Anonymous Anónimo said...

David, a mí la peli no me ha disgustado tanto. El montaje de flashbacks y cambio de perspectivas cae en la redundancia y cansa. Es autocomplaciente. Pero en cambio la historia me gusta y me interesa. Sobre todo el final. No me parece una gran película ni un bodrio. Lo peor, la irritante banda sonora. De acuerdo con el fallo de guión 1.
Román.

9 de junio de 2008, 20:53  
Blogger David Torres said...

¿Magistralmente dice, Loren? Bueno, a mí me parece una dirección del montón, del montón de las malas. "Veredicto final" es la obra maestra de Lumet y como tal se va a quedar.

Javier, no necesito píldoras de momento, pero gracias por el consejo. Soy un maestro del fuela bolda.

Román, yo el final no me lo trago ni de coña. Eso es de tragasables. Que dos yupis monten un atraco por la jeta, bueno, que maten a su madre, venga, vale, pero que luego el padre mate a uno de los hijos a sangre fría y quede el hilo suelto de Ethan Hawke colgando como un moñigo en el WC, es demasié.

La banda sonora, en cambio, me encantó. Es de Carter Burwell, el músico oficial de los Coen.

9 de junio de 2008, 21:29  
Blogger Loren said...

Tarde de perroa también está muy bien. Pero sí, mi favorita también es Veredicto final.

9 de junio de 2008, 22:32  
Anonymous Anónimo said...

Ahora resulta que la alternancia y el juego temporal lo inventó Tarantino, albricias.

"El resto es el penoso despropósito de un director octogenario al que le ha dado por plagiar Reservoir Dogs, con unos cambios de tiempo y perspectivas múltiples que, en contraste con la obra maestra de Tarantino, parecen un trabajo de manualidades para la residencia de ancianos de donde nunca debió salir".

Mis respetos, David, pero con una sentencia de este fuste tan gratuito, ¿cómo quieres que la gente se tome en serio la crítica? Tengo para mi -porque a veces peco de lo mismo- que cuando alguien se aplica con tanta vehemencia a criticar la obra ajena y si más razonamiento que el cabreo contumaz, muy poco crédito tiene, por lo menos para lo que es el análisis cinematográfico.

Saludos, espero seguir leyéndote ahora que he descubierto tu blog.

11 de junio de 2008, 19:18  
Blogger David Torres said...

Hombre, m., se olvida Vd. del resto de la reseña. Nunca he pretendido que me tomaran en serio salvo cuando escribo humor. Me confunde Vd. con Boyero. Tarantino no inventó nada y detesto sus últimas películas, pero a mí este engendro de título pacato me recordó mucho la estructura de Reservoir Dogs del mismo modo que Días perros me recordó muchísimo Pulp Fiction.

12 de junio de 2008, 10:28  

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