l Tropezando con melones - Blog de David Torres: Una carta desde el pasado

David Torres, escritor, guionista y columnista

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lunes, 19 de mayo de 2008

Una carta desde el pasado

Eso de que la realidad imita al arte es una mandanga: lo que hace es plagiarlo descaradamente. Hace unas semanas, en Sevilla, estuve en un programa de radio donde me entrevistó el también escritor Andrés Pérez Domínguez. Andrés ya me había entrevistado cinco años atrás con motivo de la publicación de El gran silencio, en un formato original donde el autor, aprovechando la invisibilidad de las ondas, tomaba el rostro de uno de sus personajes y contestaba a las preguntas encarnado en un fantasma. Una noche, para responder a un cuestionario sobre un libro suyo sobre la Segunda Guerra Mundial, Ricardo Artola se metió en la piel de Stalin, y otra noche yo le di voz a Roberto Esteban. Conté que me dedicaba a romper piernas por encargo, que la vida, a veces, era una mierda, que mis puños eran el insecticida adecuado para todas esas pequeñas cucarachas y miserias que nadie quería limpiar. Supongo que en la quietud de la madrugada, mi voz podía pasar por la de un matón de tres al cuarto, ex alcohólico y pendenciero.





Cinco años después, en Sevilla, Andrés me enseñó una carta que había llegado unas semanas después de aquella entrevista, dirigida a los locutores de Onda Cero, 'a la atención del Locutor que habló el 28 de agosto de 2003 a las dos de la madrugada'. Está fechada en Barcelona un día después y llegaba a mis manos con un lustro de retraso. La transcribo tal cual. No sé lo que Roberto Esteban le habría respondido a esta pobre mujer, pero me imagino que no se quedaría de brazos cruzados.


Les felicito por los programas, es la única emisora que escucho desde hace muchos años.

Paso a pedirles un gran favor, por las circustancias que atravieso con vecinos y su familia me hacen allanamiento de morada, entran como hacienda sin amo.

Me han robado todo lo que poseía que era mucho, por ellos he perdido millones de ptas; me han destrozado toda la casa, ello me acarrea muchos problemas y gordos, han intentado matarme con gas, hace poco con veneno, la Dtra. Mari Carmen me dijo es un milagro que se aya salvado de la gran intosicación que ha tenido le quedará soriasis, no se cura. A la media hora me puse a morir, me bebí cuatro botellas de leche, creo eso es lo que me salvó. Lo pasé muy mal.

He buscado justicia por todas partes, vivo sola, no tengo a a nadie, para las personas mayores, solas y pobres en España no existe la justicia. No se le ayuda en nada, es bergonzoso que no tengan para comer donde trabajar como fieras para sentir la nación y mal comidos. Desde que tengo este problema odio a la policía, pero sí que la tengo que mantener.

Anoche, habló un ex boxeador, si mal no recuerdo se llamaba Esteban. Habló sobre las dos menos cuarto de la madrugada 28-8-2003.

Les pido por favor que me dieran la dirección o el telf. de este señor. Se lo agradecería con todo mi corazón.

Dios les guarde muchos años. Les saluda atentamente

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22 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¿No crees que detrás de esa carta/mujer hay una historia para una de tus novelas?

19 de mayo de 2008, 11:53  
Anonymous Anónimo said...

Creo que deberías darle razón a la mujer de la dirección de Roberto Esteban. Es más, yo también tengo un problema con mis jefes y te agradecería que me pusieras en contacto con él. Creo que ahora vive por San Blas, y que está un poco teniente, que ha recaido en su vicio, (¡y con coñá!). Así que supongo que no pedirá mucho parné para el trabajito que le tengo encargado. Si sigue aposentando su culo en el Oso Panda, será cuestión de ir y pimplarse un güisqui sour mientras espero que asome la gaita por el garito.
En fin, caro David, espero que de vez en cuando le dejes salir de tu caletre para que se dé un garbeo y pueda atender a los muchísimos clientes que demandamos sus servicios

19 de mayo de 2008, 13:12  
Anonymous Anónimo said...

Es lo malo de la justicia poética, que pierde su poesía en el momento en que descubrimos que es incapaz de hacer justicia. Lo hermoso de la literatura (y lo odioso)es qe no es más que un dulce dolor sin solución

19 de mayo de 2008, 16:56  
Blogger David Torres said...

Anónimo, creo que Andrés Pérez Domínguez ya la ha usado. Debo decir que durante un tiempo fantaseé con una historia en la que Esteban defendía a unos viejos a los que querían echar de un local mediante el sutil procedimiento de alquilar los apartamentos adyacentes a unos delincuentes rumanos. No transcurría en Barcelona, pero para el caso.

Anónimo 2, desconozco la dirección de Esteban. Viene y va, a su aire. Ahora mismo está de vacaciones.

Anónimo 3, parafraseando a Groucho, la justicia poética es a la justicia lo que la poética es a la poesía.

19 de mayo de 2008, 17:08  
Anonymous Anónimo said...

Descubrí la existencia de Andrés Pérez Dominguez cuando, hace unos años, me arrebató -a mí y a otros 500 mendas- el Max Aub de Relatos con su "Ojos Tristes". Después leí su "Clave Pinner", estupenda novela. Va a ser verdad que los buenos siempre terminan por encontrarse, sea donde sea.

Respecto a la carta, estoy más que convencido de que Roberto Esteban estudiaría la demanda de esa buena mujer. Es lo que tiene la literatura. Que cada uno puede estar convencido de lo que le venga en gana.

Abrazos,
Pedro de Paz

19 de mayo de 2008, 22:36  
Anonymous Anónimo said...

No es por dar la nota tétrica a la historia, David, pero probablemente, a estas alturas, esa buena mujer está:

a.- Internada en quitapesares para tratarle la esquizofrenia paranoide.

b.- Devorada por sus vecinos, que resultaron ser de una secta satánica que practica la gerontofagia.

c.- Encerrada en el armario con un cuchillo en la mano como una radiografía de sí misma de cuerpo completo.

d.- Escuchando Radio San Pedro.

Creo que Esteban puede hacer poco por ella. Además, si pudiera contactar con él, estoy convencido de que le diría algo así como:

-- ¿Tengo yo cara de ayudar a cruzar a las ancianitas?

Javier

19 de mayo de 2008, 23:16  
Anonymous Anónimo said...

¿Cómo no vas a saber lo que contestaría Roberto Esteban David? Lo sé hasta yo, porque hasta a mí que no tengo dos guantazos me dan ganas de agarrar un par de guantes y empezar a repartir. Da cierto pudor pensar que lo que lees como novela resulta que es descaradamente real y que es una señora en particular, y no ningún personaje, a quien le toca vivirlo. Creo que esta señora también diría lo de “¿Elegir? No me jodas” o algo así.

Volviendo a la versión novela, y sacando un lado más práctico, creo que me llevaría a la joven patinadora de la foto conmigo, para que me echara un cable en la tarea quebrantahuesos. Anda que vaya par la abuela y yo…
Carlota

19 de mayo de 2008, 23:32  
Anonymous Anónimo said...

Uno, que en eso del negociado del mamporro anduvo, si no bien conectado al menos en gremio adyacente, recomendaría a la dama que no se ande llamando a ex boxeadores pudiéndose pasar por los aledaños a la Plaza Mayor de Barcelona, solicitando sin ambages ni medias voces un par de buenos brazos para un trabajo de mampostería. En castellano, por supuesto, que si lo dice en catalán, por esos andurriales no va a haber quién la entienda. Y lo digo sin guasa. Se ve que la ancianidad tiene sus límites y que lo que se precisa suele estar más cerca y a mejor precio que lo que se supone.

Por otra parte al señor Esteban le sigo recomendando unas vacaciones en la costa Maya, y al señor Torres que si le ruedan la peli antes que la sombra de mis penas y mis paseos me conviertan en una sílfide etílica, se acuerde que me gustaría hacer del hermano de zumosol del Padre Osorio.

Recibiendohostiasdesdedentrodelsaco García

20 de mayo de 2008, 3:54  
Anonymous Anónimo said...

Me referia a una novela en que un escritor que tiende a fondón y acobardado -no miro a nadie, eh- tiene que convertirse en el personaje de su propia novela negra para defender a esa mujer que escribió una carta a un programa radiofónico.
Me parece una trama interesante.

20 de mayo de 2008, 9:20  
Anonymous Anónimo said...

La pena en estos casos es que abundan pocos Robertos Esteban en la realidad. Los personajes que uno crea son como los hijos, se lanzan al mundo y escapan de nuestras manos, dejan de ser sólo nuestros. Yo tengo un amigo que se inventó un maleante con gafas oscuras y sombrero en una novelucha que escribía, y empezó a verlo por todas partes: de noche, cuando despertaba para ir a mear; tras la cortina cuando se duchaba; en el asiento de atrás del coche mientras su novia, ajena a todo, se esmeraba chupándosela en el asiento de delante; al fondo de un bar abarrotado, etc. Dejó de escribir, claro.
Ricardo C. de M.

20 de mayo de 2008, 11:02  
Anonymous Anónimo said...

David, soy la abuelita esa zumbada. Como la radio no me envió tu teléfono, que ya he descubierto que Esteban eres tú, gamberro, cogí un bote de gasolina e incendié la casa de los vecinos.
En la cárcel he buscado desde hace cinco años a Roberto Esteban, en Internet, que aquí se aprende de todo, y he dado con tu blog.
Con cinco cadáveres a mis espaldas puedo decir que no hay mal que por bien no venga. Ahora sé un poco de literatura y casi no cometo faltas de hortografía.

20 de mayo de 2008, 15:53  
Anonymous Anónimo said...

¿Te ha gustado la edición de Niños de Tiza?
A mí me ha decepcionado: tapa dura (es gordito, pesa demasiado y se hace incómodo para leer metros y camas), letra demasiado grande, interlineado demasiado pequeño.
El texto: COJONUDO güey

20 de mayo de 2008, 16:18  
Anonymous Anónimo said...

David, el otro día en casa de un amigo me topé con Bellas y Bestias. Totalmente de acuerdo con lo de Santiago Segura (vaya grima da ese tipo, es muy muy parecido a Torrente me confirman algunos que le trataron). Leonor Waitling, claro que sí, la novia que todos quisimos (la he tratado en dos o tres ocasiones, a veces tiene una pose tímida, no sé si está estudiada o es innata, es actriz en todo caso). Rafael Reig: lo clavas mamón. Paula Vázquez: sí, una sueca de por aquí, más o menos. Tú viendo tías buenas en las burbujas del gin-tonic (yo las veía en la pista y detrás de la barra). Y en fin, no me acuerdo de muchos más pero haré lectura del libro en un futuro, seguro. Más por forma que por fondo, haré lectura. Un abrazo.

20 de mayo de 2008, 18:25  
Anonymous Anónimo said...

Querido David: me alegra ver la carta en tu blog. Es cierto que en la novela que publico en otoño un ex boxeador como Esteban cuenta su vida en un programa de radio y el amor de su vida, a quien no ha vuelto a ver desde hace dos décadas, lo reconoce. Es el poder de la radio, que prueba esa carta que recibí hace cinco años. Por lo demás, la anécdota la puedes usar, faltaría más. Incluso si es idéntica a la que saldrá en mi novela.
Y, a Pedro de Paz: muchas gracias por tus palabras amables sobre mis libros y sobre los escritores buenos. Me han gustado mucho.
Abrazos a todos

21 de mayo de 2008, 0:44  
Blogger Hutch said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

21 de mayo de 2008, 9:21  
Blogger Hutch said...

Desde luego, el poder de la radio hace milagros, y si no basta con recordar a Orson Welles y "La guerra de los mundos". La radio tiene una magia especial: la posibilidad de modelar la cara y el cuerpo de una voz a tu gusto e imaginación. Recuerdo con nostalgia aquellas voces de la ya mítica Antena 3: Carlos Pumares, Santiago Amón, Manuel Martín Ferrán, José Luis Garci (cuando el tabaco aún no le habí­a causado demasiados estragos).
Saludos.

21 de mayo de 2008, 9:25  
Blogger David Torres said...

Otro abrazo, Pedro.

Javier, yo me decanto por la d.

Carlota, tiene razón, nunca se pudo elegir.

García, tiene el papel.

Anónimo, sí es una buena trama, pero ¿fondón y acobardado y no mira a nadie? Pues deje de mirar, coño.

Ricardo, si eso es verdad voy a hacer una novela porno con un clon de Monica Bellucci.

Abuelita, no hay mal que por bien no venga.

A mí también me parece un libraco obeso, el papel excesivamente grueso y la portada no conseguida del todo. Casi nadie ve el avión y faltan unas nubes en el azul del cielo.

Javier, gracias, yo también conozco conocidos que conocen de cerca a S. S. Por eso el retrato salió del natural. Pondré alguna bella y alguna bestia en el blog este fin de semana.

Andrés, un abrazo.

Angelus, la radio es un fantasma doméstico.

21 de mayo de 2008, 9:42  
Anonymous Anónimo said...

Un placer, D. Andrés.

Abrazos,
Pedro de Paz

PS. Sr. Torres, ¿va a desvelarnos usted de una pugnetera vez si firma o no firma este año en la "Fiera" del Libro de Madrid?

21 de mayo de 2008, 9:45  
Blogger David Torres said...

Pues sí, firmo, el primer domingo por la tarde (aún no sé si por la mañana), el segundo domingo por la tarde (idem) y el tercero por la mañana (aún no sé si por la tarde).

Casetas: día 1 Estudio en Escarlata.
día 8: Anaya.
día 15: Altair.

Ya avisaré con tiempo, no hagan colas.

21 de mayo de 2008, 10:18  
Anonymous Anónimo said...

Sra: Córtese usted las venas, aunque dudo que derrame una sola gota de sangre.
Tal vez así nunca vuelvan a molestarle.

21 de mayo de 2008, 10:39  
Blogger Loren said...

Si hubieras sabido la anécdota antes, podrías haberla utilizado en Niños de Tiza.

A ver si nos vemos y me firmas la novela. Tienes que animarte y escribir una tercera parte.

Un abrazo.

21 de mayo de 2008, 10:42  
Anonymous Anónimo said...

Jajaja! No siempre funciona, David. Yo miro de meter chicas buenas en mis libros y nunca se me aparecen. Aparte, mi amigo el ex-escritor tenía la teoría de que sólo se aparecían los personajes malvados. Como en la vida misma, macho.
Abrazos.
Ricardo C. de M.

21 de mayo de 2008, 11:03  

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