l Tropezando con melones - Blog de David Torres: ¿Sueña Ridley Scott con unicornios eléctricos?

David Torres, escritor, guionista y columnista

Tfno.
917 025 016

Estás en Home » Blogs » Tropezando con melones - Blog de David Torres

martes, 1 de abril de 2008

¿Sueña Ridley Scott con unicornios eléctricos?


Supongo que pocos dejarán estar de acuerdo con la afirmación de que la irrupción de Ridley Scott en el cine de los 80 fue una de las más gloriosas que se recuerdan. Debutó con la mejor adaptación que se haya hecho jamás de una novela de Conrad (Los duelistas), con un Harvey Keitel en estado de gracia, y acto seguido reinventó el mito de la bella y la bestia con Alien, el cruce más afortunado entre el terror y la ciencia-ficción jamás plasmado en una pantalla.

Ahora bien, para mí, y para muchos otros, la cumbre de la cinematografía de Scott es Blade Runner, una obra de arte en estado mestizo, un milagro alquímico donde la ciencia-ficción se alía con el cine negro y la cámara de cine da a luz frescos barrocos.







En el aspecto visual hay momentos que todavía no han sido superados, por ejemplo, ese color apagado y mojado por la lluvia (imitado una y mil veces, empezando por Seven) o la prodigiosa escena del escaneo de una simple fotografía. Pero es en su profundidad moral, en el latido de su metafísica desesperada, donde la película alcanza la resonancia de un mito trágico. La androide que no sabe que lo es, el cazador de robots que se enamora de uno, el replicante que va buscando a su dios para pedirle cuentas, la grandiosa escena de redención final en que hombre y máquina se igualan... Uf, meter todo eso en una película de acción no es que sea imposible: es que es casi intolerable.








'He visto melones que vosotros no creeríais...'




Todo está medido con tal maestría narrativa y tal percepción milimétrica que parece mentira. En su aria di forza, un inmenso Rutger Hauer, trasunto de Sigfrido wagneriano vestido de atleta olímpico, lleva en una mano una paloma y en la otra un clavo del Calvario de Cristo. Cuando deja caer la cabeza, después del parlamento mortuorio más glorioso que haya parido el cine, la mano se abre y la paloma escapa al cielo como el alma en los grabados medievales: el alma que nunca tuvo y que obtiene merced a su postrer acto de gracia.




Ridley Scott nunca ha vuelto hacer otra igual. Filmó una extraordinaria maravilla llamada Thelma y Louise (casi, casi la única película de amistad entre mujeres, una versión en música de cámara de El hombre que pudo reinar con bragas), pero también pifias monumentales como La teniente O'Neill o Gladiator, una absolutamente ridícula película de romanos hecha al gusto de Boris Izaguirre y de los frecuentadores de saunas.



Con todo, la mayor pifia de Scott es la que ha perpetrado con Blade Runner. Puede ser más o menos lógico que un artista se cabree porque mangoneen lo que él considera suyo, pero pocas veces he visto un caso tan flagrante de miopía estética (y ética) como esas versiones remix que el director se saca una y otra vez de una manga más ancha que la paciencia de sus fans.



Básicamente, las diferencias entre la versión del productor y la del director son dos supresiones y una adición:



1. La voz en off. Que Harrison Ford (uno de los más grandes actores vivos pero también de los más tontos, no hay más que ver su filmografía apenas se hizo famoso) grabó a regañadientes. En la versión del director, Scott suprimió la voz-guía de Deckard. Esto, en mi opinión, es un error tremendo, primero porque la pelicula ya es bastante compleja sin ella, y segundo, y más importante, porque esa voz de ultratumba del detective remite inmediatamente al universo del cine negro.



2. Los planos finales de Rachel y Deckard en su nave. A Scott le olían demasiado a happy end forzado, pero la voz en off de Ford anuncia la espada de Damocles de toda relación de pareja: ninguna sabe cuánto tiempo van a estar juntos. Hay quien piensa que los paisajes verdes de los títulos de crédito finales son una horterada. Bueno, que sepan que son descartes de El resplandor de Kubrick.


3. El puñetero unicornio que sueña Deckard sobre el piano. Sobre este mínimo apoyo visual (y sobre el unicornio de papiroflexia que E. J. Olmos deja en el dormitorio de Rachel para que conste que ha estado allí y que le ha perdonado la vida) está basado toda la tesis scottiana de que Deckard, en realidad, es otro replicante. Es la lectura más traída por los pelos que he visto nunca. Pero es que, además, el unicornio es un añadido posterior de Scott y sale clavadito de Legend, su película-cagada posterior, con Tom Cruise de duende.

'Nada por aquí, nada por allá, ¡hop!'

Debo decir que, por razones elementales, yo prefiero con mucho la versión del productor, la versión primera, en la que queda claro que Deckard es un hombre. Borges dijo que las obras maestras son fruto del azar o de la casualidad. Si eso es cierto, Blade Runner salió de puro churro. Yo creo que Scott no se enteró de la misa la media de la que estaba armando mientras rodaba.



¿Tú con qué versión te quedas? ¿Por qué? ¿Te gustan las ovejas?

Etiquetas: , , , , ,

18 Comments:

Anonymous Anónimo said...

David, veo que no has vuelto a ser el mismo desde "Brokeback mountain". Eso de que Joe Aguirre sea patrón de ovejeros te ha marcado a hierro.

No me gustan las ovejas, ni siquiera las eléctricas. Prefiero el corderito, el de la tierra.

En cuanto a Blade runner, es marca de la casa no gastarme dinero en "Montajes del director" porque opino que, generalmente, no aportan nada nuevo y porque si una peli me ha gustado, me sabe mal que me la desmonten.

Dicho esto, me encanta Blade runner, coincido en tu análisis acertado, pero...

...en mi opinión, Harrison Ford no ha superado su papel de Han Solo en "La Guarra de las galaxias" y no hace más que repetirlo. El director le dice: "Harry, pon más intensidad" y él lo que hace es poner más cara de lelo, que es su especialidad. Le vería muy bien en una peli estilo "El mongolito de oro" o en un documental sobre integración social de discapacitados mentales en el entorno laboral.

Es, con mucho, para mi gusto, lo peor de Blade runner. Lo mejor, por supuesto, Rudge Hauer y ese parlamento final que, como sabes, NO me sé de memoria porque presumo de que mi poca inteligencia "se perderá como lágrimas en la lluvia".

Un abrazo (sin puro en la boca)

Javier

1 de abril de 2008, 16:31  
Anonymous Anónimo said...

David, bastante de acuerdo en cuanto a la versión, de la que sólo salvaría la mejora de calidad de muchas imágenes que ha permitido la técnica digital.

Yo estuve viendo la versión más económica que no incluye las anteriores y sí un reportaje bastante plúmbeo sobre el rodaje.

El making-off en cuestión es bastante horrendo, pero se llega a la conclusión de que la narración alcanzó cotas tan altas fundamentalmente por un señor: Rutger Hauer, que fue el único que se empapó del auténtico "feeling" de Philip K Dick en esta historia. Tan es así que fue quien parió el diálogo y soportó la famosa escena con el monólogo sobre la Puerta de Tanhauser y los rayos C y la muerte final con la paloma en las manos. Acertadamente todo el problema moral gira en la deshumanización nazi de los cazadores de replicantes y en la humanización de éstos últimos.

La ambientación, como en Alien, fue sobresaliente, con el gran pero de haber triunfado las tesis y la lectura un tanto "melona" de Scott la película sería bastante pobre. La narración visual es fascinante pero se complementaba perfectamente con la narración en Off. Para mí que se le ha subido la neblina del L.A. apocalíptico a la cabeza y se cree que es Kubrik o algo por el estilo.

La peli está muy bien, pero realmente lo mejor es el trabajo de Hauer y Harrison Ford, no veo qué se gana prescindiendo de la voz en off de este último.

En cuanto al final también pese a lo que crea Scott tiene más sentido global el que se proyectó originalmente.

No es que esté en contra de la reformulación de obras ya hechas: el sr. está en su derecho, pero el problema en este caso es que el valor de aquella obra maestra no residía en el director tanto como éste cree y ahora se pasa de listo. Quizá también huele un poco a falta de honestidad esto de hacer un nuevo cambio con motivo del 25 aniversario.

Otra cosa fue el proceso de imágenes que hicieron sobre Star Wars, bastante menos pretencioso y de resultado más brillante. Quizá por ahí si habríamos estado de acuerdo.

Señalas aspectos rotundos de la ambientación de la película, yo recordaría entre ellos la forma de retratar el Bradbury Building, y también la escena de apertura, que en la pantalla grande del cine resultaba espectacular.

En fin.

1 de abril de 2008, 16:58  
Anonymous Anónimo said...

Doctor, perdone, ¿Pero cordero puedo comer si o no?
Faemino.

Lo que peor me sabe de B R es la carrera invisible posterior de Hauer, Hannah y Young, y el careto de Indiana Jones (no te quites el sombrero que se te ven más los años

Mondongo Gómez.

1 de abril de 2008, 18:20  
Blogger pepe montero said...

Casi todo..., la vida misma es puro churro, el ligue que te surge cuando menos lo esperas o la punta de una navaja en una calle oscura. A Carlos Marzal le sirvió el tema para escribir un tocho: Los Reinos de la Casualidad.
Aunque no había comentado nunca nada, hace tiempo que entro aquí a fisgar. Te tengo enlazado en mi blog. Un saludo.

1 de abril de 2008, 20:09  
Blogger José Almeida said...

La verdad es que habiendo seguido su trayectoria como articulista desde hace años no era de extrañar que algunos de sus primeros posts tratara sobre Blade Runner. Siempre me han gustado sus columnas y sus referencias cinematográficas, un soplo de aire fresco en un prematuramente envejecido El Mundo.

Sobre la película siento discrepar, yo prefiero la del 91, el montaje del director. Al final son esos matices que comenta los que cambian la percepción sobre la película. Aunque es verdad que esa voz en off que nos retrotrae al cine negro más clásico no está nada mal y aporta luz a la trama y humanidad a Deckard, con el tiempo, una vez subsumida la película en mi propia historia, diseccionada, amada y manoseada hasta la saciedad en conversaciones y puntuales revisiones, la verdad es que me gusta pensar en Deckard como replicante, tal vez por las consecuencias que conlleva para la complejidad de la historia y la miseria tan humana que que le da a la sociedad que ha creado a esos replicantes.

No sé, si planteamos el problema que supone la excesiva humanidad de los replicantes y sus desequilibrios existenciales, qué mejor solución, para no perder policías humanos y sacar pasta y contratos que "replicantes persiguiendo replicantes"; yo veo a Tyrell como un Rumsfeld evolucionado, asesor de los gobiernos de turno, con la suficiente influencia como para vender un programa como éste y sacar mayor utilidad a sus creaciones. Por supuesto ocultando el programa a la población en general. Qué personaje tan cojonudo el de Tyrell y qué buena es la ambientación de su habitación...

Es verdad que el tema del unicornio está cogido por los pelos (creo que las imágenes, como comentas las sacó de Legend) pero bueno, en ese aspecto se puede considerar tan traído por los pelos como el final de las imágenes aéreas que no se rodaron originalmente para la película y se colocaron ahí de manera forzada para dar una imagen de final feliz, que a mí sí me parece que se le concede al espectador.

El final del director supone que la lucha de Hauer en busca de su humanidad llegue a buen puerto a través de Deckard y Rachel, trasuntos de Roy y Pris, que consiguen finalmente lo que ellos buscaban.

En fin, al final da igual, la cuestión es disfrutar de la película y charlar sobre ella. Y recordar los momentos cojonudos que nos deja, como el escaneado de la foto que dices. o detalles aún mas nimios... Yo todavía estoy buscando un vaso cuadrado perfecto de whisky como el de Deckard...

Un saludo

1 de abril de 2008, 20:43  
Anonymous Anónimo said...

Dice que Alien es "el cruce más afortunado entre el terror y al ciencia-ficción jamás plasmado en una pantalla". De acuerdo, pero no nos olvidemos de la inquietante "La invasión de los ladrones de cuerpos" de Don Siegel.
En cuanto a Blade Runner yo también prefiero la primera versión, fuera ésta o no fruto de la casualidad o el azar.

Saludos.

2 de abril de 2008, 0:18  
Anonymous Anónimo said...

Lo que pasa es que aquí nadie se ha dado cuenta de que el tal Ridley Scott la palmó de un resbalón in the rain nada más rodar la escena y que el Hauer, que estaba inspirado, acabó la peli a pachas con el productor. Más tarde, este último, ante la insoportable levedad del ser Harrison Ford, buscó al cloneador de ovejas Dolly para hacer lo propio con el Scott ese. De ahí la ausencia cerebral del clon en su producción posterior, que sólo (no confundior con Han) cuando deja a sus actores hacer y él se mete tras las puertas del WC Tanhauser, parece que le salen cosas dignas. Y no mierda.

Blade Runner es una obra de arte indiscutible que como toda obra de arte puede ser admirada en cualquiera de sus visiones, con unicornio, sin él, con voz en off, sin voz en off, con bonito final o con portazo sublime. Ya que, cualquiera de sus secuencias, tomada al azar, aunque sea en un reproductor sordomudo y en blanco y negro, traslada tal intensidad visual, plástica y metafísica, que sólo siendo un melón del melonar con carencias de melonina, se puede afirmar hallarse ante un bodrio.
Por supuesto que prefiero la primera, la que vi en un cine de la Gran Vía de Madrid, en la fila 13, butaca 12, el día de su estreno, que empezó con casi veinte minutos de retraso sobre el horario previsto y que, para amenizar la espera, nos pusieron la banda sonora más inteligente del también clon Vangelis. Después de aquella experiencia me voy a llevar un serio disgusto el 2019, pues tal y como vamos, sólo nos va a quedar el consuelo de asistir al estreno de la genial ópera del aún desconocido Reichemburger sobre textos de uno que yo me sé titulada "Basilio in the Nanga".

Lavendedoradepieldeboasintéticaperodelabuenaoiga García

2 de abril de 2008, 4:31  
Anonymous Anónimo said...

Tengo una duda existencial:
¿Por qué dice "remix" cuando sería más apropiado decir "thermomix"?
Yo sí que he visto cosas que vosotros nunca creériais: a mi suegra cocinando algo comestible.
Fdo: La señora de la limpieza de Dekkar (en paro desde que salió la casa en la peli)

2 de abril de 2008, 9:40  
Anonymous Anónimo said...

Ya que lo pregunta, le diré que me quedo con la versión del productor cien veces.
La voz en off, la dichosa voz en off... Dekkar sabe que es humano; su código está limpio, está a salvo. Gracias a la voz en off asistimos a la pelea de quien atisba que su identidad no significa nada, que su privilegio no le salva de su responsabilidad, que la consciencia del repilcante va más allá de la cosificación a la que los pilares de la sociedad le someten: pellejudos (puede cambiarse por "gorilas" referidos a los negros o por una estrella amarilla en la solapa)
Pero el montaje del director...
¿No les recuerda a aquellas consignas paroquiales según las cuales había que portarse bien con los negritos porque lo mismo un día íbamos a África y allí estábamos en minoría? Eso no es un argumento ético, sino un conflicto de intereses. El Dekkar del segundo montaje tiene miedo de no ser quien cree y busca una salida conveniente. El primer Dekkar tiembla porque se ha reconocido en su enemigo, tan sólo porque no es él, y lo sabe.
Respecto a las "melífluas" imágenes aéreas, ya se ocupó Vangelis de hacer de ellas algo terrible. ¿O es que nadie va a decir nada de la que, considero, la mejor banda sonora de la historia?

Joa Aguirre a pilas

2 de abril de 2008, 11:09  
Anonymous Anónimo said...

En efecto leyendo ayer un artículo sobre la obra de Vangelis, recordé el sabor qué me dejó esta película nada más finalizar. La música con el sonido de timbales resulta dificil de olvidar, y esos timbales de alguna manera hacen retumbar el interior de uno.

Es curioso pero las dos obras de referencia de la anterior era de la SciFi cinematográfica: 2001 y Solaris también destacaron por tener bandas sonoras magistrales. Todas ellas, además, alineadas extrañamente con la vanguardia artística, lejos del conservadurismo ñoño de las bandas sonoras habituales.

Vangelis, como Hauer, fue también de los que se sacaron el Cum Laude con esta película.

2 de abril de 2008, 13:53  
Anonymous Anónimo said...

Despues de tener la pelicula en VHS con montaje original , otra grabada de television, un DVD del montaje del director... he caido y he comprado la caja con 5 DVD, del 25 aniversario. Merece la pena solo por 2 cosas :
1. la Imagen restaurada. ( impresionante en mi proyector (pantalla de 200 pulgadas )
2. El sonido.

Por lo demas, Ridley Scott solo ( no confundir con Han Solo, tal como cuentan por aqui) , ha tenido una virtud, tener la inmensa suerta de contar con el mejor diseñador de produccion, el mejor director de fotografia, los mejores en efectos especiales,la mas enigmatica novela de ciencia ficcion (junto a "El Centilena" ), y los actores en estado de gracia ( excepto a Harry ), que jamas cualquier director pueda soñar.
Niguno de los actores/actrices han podido superar su actuacion en esa pelicula, ni de lejos. El papel que hacen cada uno de ellos parecía que les estaba esperando.
Si con eso y todo, no haces una obra maestra, eres un SpielBerg cualquiera .

Por ultimo, en los contenidos extras se insinua que Tyrrell es tambien un replicante. El autentico está en cama, casi muerto, entubado tipo Franco.

2 de abril de 2008, 14:43  
Blogger A. Rómar said...

A mí me gustó más la versión teatral que dirigió Atkinson con Salma 0'Connor en el papel de Dekkard que la versión del director, pero la del productor está casi a la misma altura. No obstante, y como afirma Benjamin (no Walter, sino Cosme) el monólogo final no es más que un plagio descarado del Fausto de Cristopher Marlowe.

Es más la revisión que propone Calvin acerca de la posibilidad de que todo sea el sueño de una oveja alrededor de una granada un segundo antes de despertar y, según la cual, en realidad Dick contó con un negro timorato y promiscuo, me parece muy acertada por cuanto plantea un análisis semiólogico de las preguntas empleadas en los test a los que se somete a los replicantes que concluye con la nada desdeñable conclusión de que, en realidad, todos somo niños con pistolas láser.

Vale.

2 de abril de 2008, 17:20  
Blogger Nostromo said...

Coincido en admirar la belleza que emana de las escenas de Blade Runner.
Esa misma impresión perdurable y amenazadora, con la angustia besando la fragilidad de la perfección, la he visto en las calles infernales de Moscú, en las noches de invierno, y deambulando bajo los reclamos de neón, entre un millón de desconocidos en Shibuya, en el corazón sonámbulo de Tokio.

Me vienen a la mente unos versos de Rilke que os hago llegar como esas "lágrimas en la lluvia":

"Pues la belleza no es nada / sino el principio de lo terrible, lo que somos / apenas capaces/ de soportar, lo que sólo admiramos/ porque serenamente/ desdeña destrozarnos".

Un abrazo

2 de abril de 2008, 18:03  
Anonymous Anónimo said...

¡Coño, nostromo!, justo esa cita está en mi blog desde hace más de un año.

La verdad es que las facetas filosóficas de la peli son varias.

Por una parte, plantea la catadura moral de la "humanidad" contemporánea (aquí citemos a Eliot):
Somos los hombres vanos
Somos los atestados
Que yacen juntos.
Cabezal henchido de paja. ¡Ay!
Nuestras voces secas, cuando
Susurramos juntos,
Son calladas y sin sentido
Como viento en yerba seca
O patas de rata sobre vidrio roto
En nuestro sótano seco.

Horma sin forma, sombra sin color,
Fuerza paralizada, ademán sin movimiento.

Los que han cruzado
Con ojos directos, al otro reino de la muerte
Nos recuerdan -si acaso- no como extraviadas
Almas violentas, sino sólo
Como los hombres vanos
Los atestados.

Pero por otra, tenemos toda la tradición del androide y de la literatura sobre maniquíes, así que por ahí se podrían referir citas del Dr. Frankenstein, de la música de Mussorgsky, de las imágenes retorcidas de Hans Bellmer, la última peli de Kubrik y cierta canción de Golpes Bajos, algunos cuentos como Pinocho... entre otras mil historias que en realidad tratan de lo mísmo: ¿qué somos? ¿tiene algún sentido nuestra vida? ¿cómo trataríamos a nuestro creador?

2 de abril de 2008, 19:08  
Blogger Miguel said...

Me quedo con la versión del productor. No sólo por los argumentos que has dado, sino también por razones sentimentales. Esa película entró en mi vida como se estrenó y así la recordaré.

3 de abril de 2008, 11:23  
Blogger David Torres said...

Gracias, amigos, por vuestros exhaustivos y feroces análisis.
Queda claro que todos amamos esta grandiosa película, sea la que sea: la película de culto por excelencia.

Sin embargo, yo me decanto por la versión del productor porque, como bien apunta el análisis de Fdo., la lectura de Deckard como replicante se carga toda la estructura humanista. No es lo mismo pensar que tú podrías ser un replicante, que pensar que un replicante tiene alma.

Por cierto, yo creo que Harrison Ford está genial en esta pelicula (y en otras, Unico Testigo, sin ir más lejos), a la altura de sus ilustres secundarios. El momento en que trepa al tejado de la Tyrell Corp. con la mano rota, actúa sólo con los dedos y su rostro de dolor recuerda el elogio de Spielberg, que decía que Ford es un actor capaz de expresar un sufrimiento insoportable y que, a pesar de eso, lo soporta.

Romar, ya me enseñará Vd. la cita de Marlowe o le voy a correr a gorrazos.

3 de abril de 2008, 16:08  
Anonymous Anónimo said...

me parece buena la peli que vi, soy un chaval y solo he visto la de director´s cut pero tengo una gigantesca duda que nadie me ha podido contestar no se si por mala onda o porque es muy complicado pero en fin, a ti te pregunto y espero que me puedas responder en viandome un correo o un link o algo, mi pregunta es: Qué dice la voz en off de Deckard en la versión original? segun he leido cambia mucho la historia, mi email es: www.bep_57@hotmail.com ó también www.yehyehyall@yahoo.com.mx porfavor explicame. Gracias de antemano por leer este comentario. Buen Día

11 de julio de 2008, 1:57  
Anonymous Anónimo said...

De charla con unos amigos el otro día saqué el tema de la evolución de la robótica, a raíz de una entrevista que leí al Dr en Inteligencia Artificial David Levy. Describía Levy un futuro cercano y hablaba sobre cómo se desarrollarían las relaciones entre personas y robots, del desarrollo de sus emociones, de si llegarían a la autoconsciencia, y entraba también a plantear el dilema ético sobre cómo tratarles, qué derechos otorgarles, etc. Contaba yo todo esto que me parecía la mar de novedoso cuando me saltan todos con Blade Runner que yo, a la sazón, ¡no había visto! Esto fue motivo claro de preocupación por todos, por lo que he puesto rápido remedio (bueno, sólo con 26 años de retraso, ejem) y ahora que por fin la he visto, ya les entiendo. Realmente me había perdido una buena, vamos una bestial, un peliculón que de hecho creo que esta noche me la voy a ver otra vez.

Luego la puñetera casualidad que por el melonar me encontré este post tuyo, por eso aprovecho y cuelgo aquí mi tardío descubrimiento, doblemente a destiempo.

A mi me pasa al revés que a Rutger, ¡lo que no creeríais son las cosas que no he visto!
Carlota

15 de septiembre de 2008, 22:45  

Publicar un comentario

<< Home

© 2006 Hotel Kafka. C. Hortaleza 104, MadridTfno. 917 025 016Sala de PrensaMapa del SiteAviso Legalinfo@hotelkafka.com