El Nobel con patatas

Aquí estamos unos cuantos expedicionarios poco antes de que el tiempo nos royera la nuca y nos dispersáramos en busca de solaz para el espíritu. Yo me pasé medio viaje sobando como una marmota y el otro medio con una novela de Tibor Fischer que me hacía desencuadernarme de risa a cada página. Ya les hablaré de ella otro rato.
El caso es que, una vez llegados a Logroño (cuando el conductor pensó que se lo permitía su religión), aposentados en las mesas, desenvainados los cubiertos y vaciadas las copas de Rioja, tuve la gran alegría de descubrir que el ganador de ese año era mi amiguete Martín Casariego. Es cierto que Martín se merece el premio con creces, pero (como dice Clint Eastwood en Sin perdón), 'lo que uno se merece no tiene nada que ver con lo que le pasa'.
Presidía el jurado Ana María Matute, una señora de las letras que ya no está para esos trotes y que soltó un discurso ininteligible a una velocidad similar que la de nuestro conductor de terracota. Después salió Martín, un poco nervioso, como es natural, y un par de políticos locales que, con el humor propio de los políticos locales, rebautizaron a algunos miembros del jurado. A Fernando Iwasaki lo llamaron Rodrigo, y a Rodrigo Fresán, Arturo Fresón.
Aparte de estos pequeños lapsus, todo fue perfecto. La comida, las copas, la ceremonia. Sólo hubo un pequeño detalle que los organizadores habían pasado por alto. Era difícil que la prensa prestara mucha atención al premio Logroño porque justo aquel mismo día también se fallaba otro importante galardón literario. El Nobel.
Cada vez estoy más convencido de que el premio Nobel es una cosa por y para suecos. Yo nunca lo he entendido. Quiero decir que me extraña que se lo hayan dado a gente como William Faulkner, Pasternak o Thomas Mann, para que luego, unos años después (o antes) se lo endilguen a tiparracos como Echegaray o Pearl S. Buck. Si fueran ciertas las motivaciones políticas hace años que le tendría que haber caído encima a Ismail Kadaré. Joyce, Proust, Kafka, Nabokov, Pessoa, Kavafis, Borges, Greene, Cortázar, Burgess se murieron sin el Nobel. La lista es un auténtico oprobio. En la última edición nadie, ni en el autobús ni en la mesa, podía decir algo sobre el último galardonado y se suponía que todos éramos gente del mundillo. Ni siquiera nos sonaba el nombre. Luego recordé que yo había visto algunos libros de Le Clézio en la librería Altair, donde trabajé muchos años, y que nunca ninguno de ellos me había inspirado más que lástima por los árboles desgajados, los calamares secos y el tedio anticipado del pobre que se atreviera a leerlo. Escribí esto para la edición de El Mundo de Baleares:
¿Para cuándo un Nobel mallorquín? Por estas fechas, la Academia sueca siempre suele sacudir el sopor que habitualmente empacha los tinglados literarios al sacarse de la manga al candidato más insospechado, el tipo al que nadie ha leído, el caballo cojo, la miss Mundo obesa, el nombre que menos se esperaba. Virtuosos en el difícil arte de la sorpresa anual, hay que reconocer que cada año el comité sueco se supera. Salvo honrosas excepciones, los últimos premiados con el Nobel de Literatura podían haberlo sido también con el de Medicina o el de Física.
Una vez intenté leer un libro de Gao Xinjiang, el disidente chino que en realidad era pintor, y comprendí que si no como novela, aquel pintoresco mamotreto era utilísimo como cura contra el insomnio. Ciertas páginas de Elfriede Jelinek son tan abstrusas y tediosas como la formulación matemática del plomo, hasta el punto de que uno de uno de los académicos, avergonzado, decidió dimitir de su puesto en protesta por la decisión, lo nunca visto en Suecia. Otro de los académicos aventuró que intentaban reparar la injusticia de no haber premiado en su día a Thomas Bernhard, pero quizá habrían sido más justos de haberle concedido el galardón en desagravio a uno de sus nietos.
Antes de que les cayera el Nobel encima como un premio de la lotería universal, intenté leer también a Naipaul y a Pamuk. El primero me produjo la impresión insondablemente aburrida de un diálogo a dos voces entre una estrella de mar y una ostra. Del segundo empecé tres libros que jamás llegué a terminar, cosa harto difícil por dos razones: porque raro es el libro que se me resiste una vez empezado, y porque, además, por aquel entonces yo viajaba a Estambul y lo llevaba como única provisión literaria en mi equipaje. Quizá mejorase leído en turco, pero desde entonces he pensado que Pamuk es un buen nombre para amaestrador de focas.
Durante décadas he mantenido con los libros de Le Clézio la misma relación ambivalente que con ese vecino coñazo con que nos tropezamos de vez en cuando en la escalera: la fuga, la huida, la lástima. Me bastaba hojear unas páginas o leer la contraportada para pensar que estaba ante un futuro premio Nobel. Denuncia social, mitologías precolombinas y un largo etcétera de pancartas de Greenpeace son el centro de su trabajo. Que lo consideren el mayor escritor francés vivo estando por ahí un poeta como Yves Bonnefoy demuestra que el humor sueco no tiene fin. Quizá uno de los académicos pensara que necesitaban alguien así para compensar los rotundos aciertos de Saint-John Perse y Claude Simon.
Así que mi pregunta sigue en pie: ¿para cuándo un Nobel mallorquín? Ya va siendo hora de que en ese excitante juego de banderitas con el que los académicos suecos pretenden llenar la geografía mundial y honrar los mapas lingüísticos, el mallorquín también debe tener su lugar. Quizá si Cristóbal Serra escribiese un panfleto contra la caza de ballenas...
Etiquetas: david torres, Le Clézio, literatura, Martín Casariego, Nobel
37 Comments:
Totalmente de acuerdo contigo.
Hay una honrosa excepción en lo que vamos de siglo: Coetzee.
De todas formas viendo el historial que tiene el nobel de no premiar, tal y como tu apuntas, a los auténticamente grandes escritores (Joyce, Kafka, Borges, Cortázar,...) creo que, como repitan tal cagada este siglo, al nobel no lo va a respetar ni el tato en el futuro. Tiempo al tiempo.
Bueno, David, se te olvidan algunos Nobel meritorios. Yo no sé si el Nobel se merece o no, pero, tú mismo lo has dicho, nada tiene que ver lo que uno merece con lo que le pasa.
Ahí están, que recuerde yo ahora, Kenzaburo Oe o André Gide o Albert Camus... Y espera que no vaya a mirar la lista completa, que seguro que doy con más de uno que lo merecía y lo ganó.
O un nombre controvertido, Camilo José Cela...
De todas formas, el problema del premio no es la importancia que tiene sino la que se le da.
Para mí, que el desacuerdo unánime que se le propina al premio (ayer escuché a Juan Manuel de Prada en la radio diciendo que es el el premio nobel es el castigo de Dios al inventor de la dinamita), las reacciones que provoca, es lo que le da mucha más importancia de la que en verdad tiene.
Ningún Nobel me hará imprescindible a Juan Ramón Jiménez (ni que le hubieran dado ocho seguidos) y que no te lo hayan dado a ti (aún) tampoco quiere decir nada.
Vamos. Que el Nobel lo que no tiene es la importancia que le dan. Es una cuestión mediática y punto. No es el campeonato del mundo de literatura.
Un abrazo.
Javier
Y ojalá un día, te lo den a ti. Al menos, por la pasta y las ventas.
Hablando de viajes en bus, ¿qué te parece Josep Pla?
Yo un libro de Arturo Fresón lo compro seguro.
D. Barreiro
David, nos reímos tanto durante el viaje que no creo que haya ninguna foto que sea capaz de reflejarlo.
Lo del Nobel, lo confieso, no tenía ni idea. En mi vida había escuchado hablar de ese escritor. Para quedar bien debería decir que sí, pero por qué, si es que no. Pero bueno, el no saber quién era este escritor también nos procuró muchas risas. De eso, por fortuna, tuvimos en abundancia.
Un abrazo,
¡Siete horas en bus con David Torres! Sí, un intensivo de cine, literatura y risas, aunque sin tabaco, me temo.
Para Nobel mallorquín se habló una vez de Miquel Àngel Riera, pero murió, y luego de Porcel. Difícil lo veo para ninguno.
Saludos.
Román Piña.
Miquel Àngel Riera hubiera sido un gran nobel mallorquín. Desconocido (o casi) fuera del ámbito del catalán, pero desde luego mucho más acertado que otros que sí lo han ganado. Lo de Tòfol Serra tampoco estaría nada mal, es cierto. Porcel... buf, prefiero no opinar. Cela ha sido el nobel más cercano a Mallorca y, para el caso, en mi humilde opinión, podrían habérselo ahorrado. Y no dirás, precisamente, que Cela enarbolara jamás una pancarta de Greenpeace. En todo caso la habría quemado.
El nobel sólo es importante para quien recibe la pasta y para la editorial de cada país que tiene sus derechos.
En fin, saludos.
Hector, sin ser santo de mi devoción, creo que Coetzee está muy por encima del nivel de Le Clézio, Pamuk y demás morralla.
Javier, no creas que se me olvidan muchos. Cuando quieras comprobamos la lista uno a uno y me explicas quiénes son Carducci, Eucken, Gjellerup, Spitteler, Deledda, Karlfeldt y Sillanpää. ¿La selección de Dinamarca? Anda, no me jodas, que por esos años estaban emborronando folios gente de la talla de Rilke, H. G. Wells o Valle Inclán.
Pla podría haber sido el primer y dignísimo Nobel en catalán de la historia.
Andrés, sí que nos reímos, pero una parada más y yo mato al conductor a botellazos.
Abrazos, Román. No conozco a Riera, por desgracia.
Dan, soy de los pocos que defienden a Cela como un Nobel con solera. A pesar del bajonazo de sus últimos libros y de que no se trate de un novelista nato, es, en mi humilde opinión, uno de los mayores prosistas del siglo en castellano. Torrente Ballester decía que era nuestro último clásico y no le faltaba razón. A mí La Colmena me parece un libro fabuloso, muy superior a la media de la novela social que se practicaba por aquel entonces. San Camilo 1936 o la Mazurca son auténticos hallazgos. Pero, claro, son opiniones. La década de los Nobel que va de los 80 a los 90 me parece la más regular de todas, aunque a los suecos se les pasaran inadvertidos tipos del calibre de Borges, Lem o Calvino.
Huy lo que me has dicho ¡Sillanpää! Madrecita si te oye mi padre te da un capón. El padre del suomi moderno!!!
Yo de esto de la literatura no sé mucho, me voy a plegar a cualquier opinión con un poco de fuste, pero no siempre se trata de que haya quien lo merece más. La lista de premiados, hasta donde yo conozco, está llena de ausencias... JOYCE, joder, no tiene el Nobel, el creador de la novela moderna... Es cierto. Ni Proust. Ni tantos otros. Pero sí lo tienen:
Samuel Becket, Yeats, George Bernard Shaw, Canuto Hamsun (ese nazi), Anatole France, Thomas Stearn Eliot, Pär Lagerkvist, Steinbeck, Seferis, Solzhenitsyn...
SAUL BELLOW...
Heinrich Böll (lo siento, pero a mí me gusta), Gabriel García Márquez...
En fin, la lista está llena de omisiones, por supuesto, pero también hay algunos aciertos.
Respecto a los últimos años, la política está enguarrinándolo todo un poco. Me consuela que los que estáis en el mundillo digáis que no sabéis quién es este Le Clezio. Yo, niputa, oiga. Pero me pasa lo mismo de unos años para acá.
Javier
Y yo que pensaba que el padre de la novela moderna era Cervantes... Joyce será el hijo ¿no? O el padre de la postmoderna, que para el caso...
L. Bloom.
En floración.
Haber para cuándo ese "Basilio in the Nanga" con que Reichemburguer consagrará tu Nobel.
Y traducido al sueco, que es condición sine quanon para la concesión, no nos olvidemos.
Babierasiemprecondosbes García
De lo de este jueves nada, ¿no?
Yo ya me canso de proponer.
Abandono.
Que os den.
Mucho.
Saludos,
Pedro de Paz
Venga, sí, don Pedro. Este jueves, a las 9, en la Taberna de Conspiradores de la zona Huerta, con unas migas extremeñas y un vino de pitarra. Yo me apunto.
Y que nos den.
Que no.
Ahora no quiero yo.
Saludos,
Pedro de Paz
Estoy de acuerdo contigo David en cuanto a la calidad de Camilo Jose Cela. Yo creo que empezo bien y despues, en sus ultimos años, se lo comio la soberbia. Pero tiene cuentos sublimes. O al menos a mi me lo parecen.
El Nobel se ha convertido en un mueble del Ikea, que no hay quien entienda el manual de instrucciones. Son suecos, coñe, qué esperan. En España teniendo un Valle se lo dan a Echegaray y a Benavente, dos tíos indigeribles (y por fortuna, olvidados).
A Pla, el pobre, no le dieron ni el Premio de Honor de Las Letras Catalanas. A Riera lo marginaron y le hicieron las mil putadas. A Martí i Pol (que hubiera sido un Nobel catalán muy digno) le desgraciaron los cantautores. En cuanto al castellano, si no se lo han dado ya a un Sábato o a un Delibes es porque esperan dárselo a Javier Marías o a Goytisolo. Tiempo al tiempo. Los premios son hoy un absurdo total, un baile de vanidades, sea el nobel o el Cervantes (que no posee un Marsé ni, ya puestos, la amiga Matute).
Pdta:¿Cómo no lanzaste al conductor del autobús por la ventana y te pusiste al volante, macho, cantando aquello de "precausión amigo conductooor, la senda peligrozza"? Hubiérais salido en todos los periódicos.
Abrazos.
D. Prado
Ay con estos escritores...
¿No os habéis dado cuenta de que el mejor nobel se lo llevó Andrew Craig (Paul Newman)?
Y además el tipo se ligó a nada menos que Elke Sommer y Diane Baker (aunque no juntas).
A ver, decidme cualquier otro nobel que esté a su altura.
Un saludo,
Enrique Mulet
PS: Ah, y todo ello con la sombra de E.G. Robinson.
Magnífica crónica:"NoBel" de Literatura y "NoVel" en la conducción.
Saludos de otro pasajero damnificado. Perdí el AVE de las 4
Haldón
Comienzo hoy con mucha ilusión mi carrera hacia el Nobel. Pulir el aburrimiento hasta que se vean obligados a reconocer la calidad de unas páginas que tomarán la precaución de no leer.
El conductor del autobús pretendía que disfrutaran del paisaje de la N-1. Pero la gente es muy desagradecida ;)
Bien por Savater y la Vallvey!!
Genial, esto aparecido en el New york Times. Quien tenga ojos que vea ...
Bellum Gallium
Manes Julii Caesaris paucis diebus aderant — “O, most bloody sight!” — cum Ioannes McCainus, mavericus et veteranus captivusque Belli Francoindosinini, et Sara Palina, barracuda borealis, qui sneerare amant Baracum Obamam causa oratorii, pillorant ut demagogi veri, Africanum-Americanum senatorem Terrae Lincolni, ad Republicanas rallias.
Rabidi subcanes candidati, pretendant “no orator as Brutis is,” ut “stir men’s blood” et disturbant mentes populi ad “a sudden flood of mutiny,” ut Wilhelmus Shakespearus scripsit.
Cum Quirites Americani ad rallias Republicanas audiunt nomen Baraci Husseini Obamae, clamant “Mortem!” “Amator terroris!” “Socialiste!” “Bomba Obamam!” “Obama est Arabus!” “Caput excidi!” tempus sit rabble-rouseribus desistere “Smear Talk Express,” ut Stephanus Colbertus dixit. Obama demonatus est tamquam Musulmanus-Manchurianus candidatus — civis “collo-cerviciliaris” ad ralliam Floridianam Palinae exhabet mascum Obamae ut Luciferis.
Obama non queretur high-tech lynching. Sed secreto-serventes agentes nervosissmi sunt.
Vix quisque audivit nomen “Palinae” ante lunibus paucis. Surgivit ex suo tanning bed ad silvas in Terram Eskimorum, rogans quis sit traitorosus, ominosus, scurrilosus, periculosus amator LXs terroris criminalisque Chicagoani? Tu betchus!
“Caeca ambitio Obamana,” novum rumorem Palina McCainusque dixit. “Cum utilis, Obama laborat cum amatore terroris Wilhelmo Ayro. Cum putatus, perjuravit.” McCainianus bossus maximus Francus Keatinx vocat Obamam, “plebeium,” et ut iuvenum snifferendum cocaini minimi (“a little blow.”)
Cum Primus Dudus, spousus Palinanus, culpari attemptaret “Centurionem-Gate,” judices Terrae Santae Elvorumque castigat gubernatricem Palinam de abusu auctoritatis per familiam revengendum.
Tamen Sara et Ioannes bury Obama, not praise him. Maverici, ut capiunt auxilium de friga-domina, hench-femina, Cynthia McCaina Birrabaronessa, (quae culpat Obamam periculandi suum filum in Babylonia), brazen-iter distractant mentes populares de minimissimis IV 0 I K.ibus, deminutione “Motorum Omnium,” et Depressione Magna II.0. Omnes de Georgio Busio Secundo colossale goofballo. “V” (because there’s no W. in Latin) etiam duxit per disastrum ad gymnasium.
Gubernatrix (prope Russia) Palina, spectans candidaciam MMXII, post multam educationem cum Kissingro et post multam parodiam de Sabbatis Nocte Vivo atque de Tina Feia, ferociter vituperat Obamam, ut supralupocidit (aerial shooting of wolves) in Hyperborea.
Vilmingtoni, in Ohionem, McCain’s Mean Girl (Ferox Puella) defendit se gladiatricem politicam esse: “Pauci dicant, O Jupiter, te negativam esse. Non, negativa non sum, sed verissima.” Talk about lipsticka in porcam! Quasi Leeus Atwater de oppugnatione Busii Primi ad Dukakem: “non negativus, sed comparativus.”
A mi la pitarranga migajera me viene bien sólo los miércoles, que salgo a las ocho. El resto de días mal.
Pero me apunto, aunque sólo sea por darles un abrazo. Coño.
Yadiránvuecencias García
Qué bonito post, David: eres un cielo.
Allí me verá, don Hesú. Y yo a Vd. (cómo no verlo).
Qué alegría más grande y más doble me ha dado el Planeta este año.
Qué casualidad, a mí me pasa casi lo contrario. Me alegro por Vallvey, en todo caso, aunque hubiera preferido que fuera ella la ganadora.
El Planeta sale retratado entero en "Bellas y Bestias" (David Torres, editorial Sloper). Sí, este año nos alegramos mucho.
Toomey
Hola David
Sobre las cervezas de hoy, no llego. Pensé que podía, y querer, quería, pero resulta que no. Por compromisos fiesteros ineludibles digamos. De ser la celebración en casa encantada les convidaba a que se incorporaran y celebrábamos todos juntos, pero no es ese el caso, así es que esperaré a las próximas cervezas. Pásenlo bien. Carlota
García, rajao.
Carlota, tiene usted un negativo. Al segundo, tarjeta y expulsión.
Saludos,
Pedro de Paz
Enhorabuena por tu blog. Lo voy a seguir asiduamente. Tu artículo titulado "La ranura de la hucha" me ha parecido una reflexión perfecta.
Un saludo
Ángel Pasos
Cuidado Pedro, un poco de legalidad, que yo de fútbol sé poco por no decir nada, pero para mi que la expulsión no es hasta la tercera. No lo dejaré estar. Mis puntos, positivos o negativos, son míos. Alegaré en el plazo convenido, y pediré pruebas de que efectivamente era yo y de que el radar estaba en correcto estado. Llegado el caso, habrá que pedir repetición de la jugada, que será lo más conveniente. Carlota
Oye, David, cuando dices que lees a Jelinek (o a quien sea) y te provoca tal y cual, ¿das por hecho que esa es la impresión acertada? ¿No cabe la posibilidad de que estés equivocándote? ¿Que nadie sepa quién es Le Clézio no puede deberse a la ignorancia de quien llamamos "nadie"? ¿Tú conoces y has leído a todos los escritores notables que ha habido?
Claro que cabe la posibilidad, amigo anónimo. ¿Y qué? No me voy a poner a leer todo Jelinek para confirmar mi opinión. Confío en mi gusto y pregunto a mis amigos. ¿Te gusta la Jelinek? Es una mierda, tío. Me basta preguntar a dos o tres y ya tengo el oráculo completo. De literatura sé algo, créame.
En cuanto a su segunda pregunta, no me hace falta leer a todos los escritores habidos y por haber para saber que Le Clézio es infinitamente inferior a Bonnefoy, a Kadaré o a John Irving, por ejemplo. Yo veo una mierda de perro en el suelo y no la pruebo, pero allá Vd.
De literatura sé algo, créame.
Y los que deciden el Nobel no tienen ni idea, claro.
Qué manera de sentar cátedra, madre mía.
En realidad no sabemos quién decide el Nobel, eso para empezar. Los académicos cobran por ello y tienen sus filias y fobias. Llevan años sin acertar plenamente, y ese plenamente significa que haya una unanimidad general entre los que leemos y sabemos algo sobre literatura. Que alguien como Sabato se vaya a morir sin el Nobel, después de negárselo a Borges y a Cortázar, es un insulto para Argentina, por ejemplo, y no un caso de mala suerte como sería no dárselo a Delibes.La lista de ilustres no premiados supera con mucho la de los que fueron premiados sin merecerlo. Baste con eso para poner en entredicho a la dinamitera Fundación Nobel y sus estirados académicos. A este paso todo el mundo debería hacer como Beckett, que era tan tranquilo que ni siquiera se molestó en ir a buscarlo.
D. Prado
No, no. Se equivoca. Los que sientan cátedra son ellos. Lo que pasa es que la sientan mal.
Recapacite, amigo anónimo. Piense un poco. Si se les escaparon vivos los tres novelistas más importantes del siglo (Joyce, Kafka, Proust). Si en vez de a ellos premiaron a medianías reconocidas como Echegaray, Pearl S. Buck o Jelinek. ¿Vd. no cree que por lo menos hay que desconfiar un poco?
David, recapacita tú.
Kafka sólo publicó en vida unos relatos.
Y Proust apenas fue célebre tres años (según la princesa Bibesco; cinco según Mauriac). Cuando se empezó a hacer famoso, se murió.
Ninguno de los dos se parece nada a un candidato al Nobel.
Si me dices Borges o Valéry, que se pasaron gran parte de su vida esperándolo... pues vale.
Lo que no entiendo es por qué esperas no ya que vayan a acertar siempre, sino que satisfagan a todos -a ti o a quien sea. ¿Te imaginas una lista de cien premios Nobel con la que todo el mundo estuviera de acuerdo y a la que nadie pusiera la más mínima objeción? La importancia -tonta- se la das tú, al pretender que debe ser una cuestión de infalibilidad, como si fuera algo que cae del cielo y ni por asomo debe equivocarse.
¡¡Siete horas para llegar a Logroño!!...David, ¿seguro que no pasásteis por algun túnel Rosen-Einstein y estuvisteis perdidos en el espacio-tiempo? Esto es digno de Iker Jiménez y sus "fantasmas".
Estoy leyendo "Urania" de Le Clezio y me parece excelente. Buena literatura y original. Lo recomiendo.
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