Wittgenstein sale del armario

En el 2004, aprovechando mi condición de finalista de Nadal, aproveché para recomendar a editorial Destino dos novelas. No me hicieron ni puto caso. Una era Braille para sordos, de José María Mijangos, una divertidísima revisión de la picaresca contada a través de la sórdida historia de un taxista metido a novelista de kiosco. La otra era Nocilla Dream. Sobra decir que Mijangos, que finalmente publicó su novela en Martínez Roca, no ha obtenido el reconocimiento que merece, pero Agustín sí. La justicia tiene poco que ver con esto: lo que más me extrañó del éxito de Nocilla Dream fue que verdaderamente se trata de un libro inquietante, inteligente y hermoso, una de esas joyas que, como Braille para sordos, suele pasar desapercibida en los almidonados circuitos culturales de este país.
Después de mis fallidos intentos como consejero editorial, volví a tropezarme con Agustín entre los manuscritos de un humilde concurso literario, el Café Mon, donde Román Piña me había comisionado de jurado. Una noche leí de un tirón, Creta lateral travelling, el libro que a la postre se haría con el primer premio Café Mon.
Creta lateral travelling (que ahora Román acaba de reeditar bajo el sello de Sloper para que haga compañía a mis Bellas y bestias) es el diagrama, la crónica de una aniquilación. La portada, un collage de Agustín donde puede verse al viejo Wittgenstein desvistiéndose para mostrar, debajo de la chaqueta, la camiseta de Superman, es un perfecto ejemplo de ese cruce entre lo literario y lo científico, lo culto y lo pop, lo novelístico y lo poético, que es el núcleo vivo de la poética de Agustín.
El verso libre, las fórmulas científicas, las metáforas narrativas se aparean en el flujo de una prosa gélida y extrañamente conmovedora, la misma que ha hecho las delicias de los amantes de la nocilla. El desnudamiento de Wittgenstein corre parejo al strip-tease lírico de Agustín. En Creta está su embrión, su primer fulgor. En las páginas finales, las alusiones crípticas a un nacimiento entrelazadas a un proceso de radioterapia para un cáncer de pulmón, me humedecieron los ojos de lágrimas. Saltándome todos los protocolos, esa misma noche llamé a Agustín, entre angustiado y confuso, preguntándole si estaba tan enfermo como su manuscrito dejaba suponer. Me respondió riendo: qué va, hombre, qué va.
Menos mal, Bert. Tenemos nocilla para rato. Celebrémoslo.
Etiquetas: Bertrand Russell, Fernández Mallo, literatura, Mijangos, nocilla, Román Piña, Wittgenstein
17 Comments:
Pues muchas gracias David por hablar en este melonar de nuestro Agustín, su Creta y esta casa de vicio alternativo que es Sloper. En la última Bolsa de Pipas aparece una entrevista con Agustín que no deben perderse. Consigan su ejemplar en Hotel kafka o suscribiéndose aquí: www.labolsadepipas.com. En la entrevista sale una foto de Fdez Mallo replicándote, David, en Deià, porque no estaba de acuerdo con tu definición de heavy, o algo así. ¿Te acuerdas?
Hay que leer a Mallo, la verdad. A ver si presentamos el libro en Madrid pronto. O tarde.
Román.
Recuerdo con emoción la noche en que conocí en Palma a Agustín. Román organizó una cena en un francés con motivo de la presentación de mi libro (que ganó el Món con él y tú mismo en el jurado). Agustín se presentó en el restaurante como una estrella despistada del rock, barba de tres días y la tranquilidad del que no esperaba tanto éxito. Fue una velada muy divertida donde constaté que Fernández Mallo no sólo es un tío muy inteligente, sino también muy divertido, con esa diversión seria tan puramente galaica. Nos contó una desternillante historia que le pasó, con la aparición del fantasma de Robert Graves de por medio. Esto voy a contarlo en un artículo próximamente, aunque sólo sea la excusa para recomendar la reedición de Creta. Yo creo que mi libro premiado nunca le gustó, no está en su onda ni en su formación, pero nunca me lo ha dicho. En el fondo, Agustín es un gran tímido que ha hecho de la ciencia y la poesía el bello escudo por el que andar por el mundo.
Abrazos.
Diego Prado
Tengo al fin Creta entre las manos, Román. La he recogido hoy. Mi madre tiene la costumbre de leerse los libros que ella me regala (o los que me mandan a su casa) antes de dármelos. Sin embargo, misteriosamente, esta vez no ha abierto el sobre. Suerte mía. Quizás la habría encontrado congelada en la primera página ("otra forma de orgullo saberse esclavo de la propia ruina") y no habría querido darme el libro. Este bello libro.
David: ninguna mala intención o mala leche en mis comentarios en el post de Trichet, te lo aseguro.
un abrazo,
pablo m.
Cuando salio Creta lo vi en En CUltutal, hace años, pero no pude comprarlo porque era pequeña edición y no se conseguía. Para mí y mis amigos es un libro de culto.
Los trozos que he visto publicados por ahí en los blogs me han parecido muy buenos. Parece que es verdad que son el germen de cosas de Nocilla (tengo los dos y son alucinantes).
mañana intentaré comprar Creta. Los fans de Agustín estamos de enhorabuena.
Pako
Tu blog y los de Fernández Mallo y Pedro de Paz son de los pocos que tengo en Favoritos. No he leído ningún libro de Agustín, pero me gustan, en general, las "entradas" de su blog y el tono cordial y sencillo que emplea en sus respuestas; me encandiló desde el comienzo con la foto de cabecera de Simon & Garfunkel.
Recientemente he terminado dos libros tuyos, "El mar en ruinas" y "Nanga Parbat": original y ambicioso el primero, aunque el que realmente me ha atrapado es el segundo. Otros dos libros tuyos esperan impacientes su turno: "Niños" y "La sangre y el ámbar" (a mi mujer le ha gustado mucho el de Polonia, y ella habla con conocimiento de causa).
Saludos.
Coincido con usted en que pasar desapercibida una novela como Braille para sordos es una injusticia, pero con el tiempo se reconocerá y espero que no sea como a Jim Thompson, cinco años después de palmarla.
Pues en mi caso, en el que Nocilla Dream me gustó mucho, la verdad es que Nocilla Experience me aburrió soberanamente. Tuve que hacer uno de esos esfuerzos monumentales (y aburguesados, claro) por no dejar el libro a la mitad. Seguramente continué hasta el final por el buen recuerdo del libro de Candaya. El problema debe de ser, aunque sé que no, el paso a Alfaguara. Espero leer este Creta dentro de poco, porque no tuve oportunidad de hacerlo en su momento. Espero que me recuerde más al goce del primer nocilla que al hastío del segundo. Y digo esto desde el respeto enorme que me merece Agustín, con el que comparto algunos amigos y al que conocí fugazmente cuando sólo era técnico de no-se-qué en Son Dureta el mismo no-se-qué en el que sigue trabajando, según tengo entendido.
Dan
El señor Fernández Mallo ha dado un par de soberanas leciones de inteligencia y aventura a cuantos se dedican a esos asuntos del escribir. Lo malo es que los que las han seguido, a juzgar por algunas cosas leídas hasta el momento, se han quedado en la cáscara y no han profundizado en todo lo que sus páginas ofrecen. Cuídese, don Agustín, de los discípulos, que ya hemos visto demasiados escritores destrozados por ellos.
Por cierto, lo de Miajngos es cierto: sangra. No por él, sino por un país tan obtuso, y unos editores tan bestias, que no da para reconocer a dos buenos escritores al tiempo.
Fdo: Klaus, enemigo íntimo
No sabe, Klaus ¡hasta qué punto tiene usted razón!
Dan
Lamento, D. David, no coincidir en esta ocasión con sus filias. Fernández Mallo no me cae particularmente mal -todo lo contrario. Algunas de sus declaraciones en prensa me parecen muy interesantes y aparentan estar refrendadas por un tío con la cabeza bien amueblada-, pero sus Nocillas no me gustan. ¡OJO!, no entro al debate de si son buenas o malas, digo que no me gustan. Mi manera personal de entender la literatura es más canónica y no le cojo yo la sustancia a lo suyo. Qué se le va a hacer.
Si viene por aquí Mallo, que me consta que alguna vez se ha pasado, estaría gracioso que nos comentase su perspectiva del encuentro que tuvo con Montero Glez en la misma caseta, firmándo libros en la pasada Feria de Madrid. Yo sólo conozco la versión del otro lado. Y me resultó graciosa. :-)
Ángelus, muy honrado de contarme entre sus favoritos. A cambio, le doy una recomendación: si va a empezar con un libro de David, ataque usted Niños de tiza. Estará leyendo no sólo un apasionante y conmovodeor libro escrito con exquisita pulcritud sino uno de los mejores libros de novela negra que se han escrito en castellano en los últimos cinco -o quizá diez- años. Con permiso de Gonzalez Ledesma, Andreu Martín y Juan Madrid. Y de El documento Saldaña.
(David, que ya me paso yo a por el cheque si eso...)
Abrazos,
Pedro de Paz
1ª Ley del marketing: cada amigo es un tesoro.
P.D.: te prometo que lo he hecho aposta...
Por eso he reeditado Creta, porque la primera edición fue corta y modesta de formato (¡aunque fue el primer libro de la colección La Guantera con solapas!), y tuvo una distribuicón dificultosa. Ahora con La Noche Polar (de Sloper) esperamos que no haya ningún problema en encontrarlo en ningún lugar de España, al menos de pedirlo a un librero competente con éxito.
Espero que les guste. Ya hay una reseña muy maja de Toni Serra colgada en la web de Sloper. www.editorialsloper.esPronto habrá más. Echad una mano, amigos, que no sólo venda libros Alfaguara o Planeta.
Diego, qué mal me sentó aquella cena en el francés.
Pablo, tu libro de la Guantera, Fragmentos tibios, también es buenísimo.
Un abrazo.
Román.
Coño,Román, no tenía ni idea. Otra vez nos vamos a un mallorquín, joder, y de paso hacemos patria. He visto la portada de Creta: bonita, mejorada sin duda de la original. Mucha suerte!
Diego
Gracias a ti, Román. No recuerdo lo del heavy, pero Agustín y yo casi nunca estamos de acuerdo en nada. Somos amigos por fricción.
Buena definición, Diego.
No lo dudo, Pablo.
Sí lo estamos, Pako.
Gracias, Angelus. Me abrumais, de verdad.
Anónimo, esperamos que no. Braille para sordos es para desternillarse.
Dan, que yo sepa, la trilogía Nocilla se escribió de un golpe. No tiene que ver con el paso a Alfaguara.
Klaus, coincido plenamente con Vd.
D. Pedro, nunca entenderé la fijación de nuestro común amigo M. Glez con Agustín. Cosas que pasan.
No lo dudo, condon.
No es fijación, David. Si al fin y al cabo ha confesado públicamente que Agustin le cae bien. Simplemente ni le gusta ni comulga con lo que Agustin escribe. Y tratándose del bueno de Montero y de su natural vehemencia, ya se sabe... :-)
Abrazos,
Pedro de Paz
Larga vida a Sloper y a los escritores aquí mencionados. Nos darán muchas tardes de gloria.
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